SEGRE
Bruno Oro durante la gala.

Bruno Oro durante la gala.

Creado:

Actualizado:

A ver. Mal no estuvo, ni muchísimo menos, pero cada año que pasa tengo más claro que entrega de premios y espectáculo televisivo son dos conceptos antagónicos difícilmente compaginables. Los Gaudí del domingo cumplieron, sin duda, pero tampoco provocaron entusiasmos indescriptibles. No entramos en los galardonados, que no es nuestro cometido, pero sí en lo que pudo verse por la pequeña pantalla. Sobraron números musicales y, como siempre, se alargaron agradecimientos –el de la presidenta de la Academia acabó siendo tedioso–. Bruno Oro, el conductor, superó con creces a su antecesora Rosy de Palma –había dejado el listón muy bajo, todo hay que decirlo– con ritmo aceptable y gags notables, unos mejores que otros, con el hilarante casting sobre un biopic sobre Dalí con un sembrado Sergi Mateu y un nostálgico decorado que pretendía, y lo logró, homenajear al cine de nuestra infancia en un claro guiño a Cinema Paradiso. Uno de los apartados más esperados, al menos en casa, fue el recordatorio a los que ya no están con nosotros, francamente mejorable.

tracking