¿Un debate? ¡No, dos!
Es una opinión personal, pero a Mediaset se le está yendo la olla al jugárselo al todo o nada con los realities. La pluralidad, ahora mismo, está en RTVE, tanto en La 1 como en La 2 Cat. El entretenimiento, en Atresmedia y la cara más frívola de la televisión, en Fuencarral. Y TV3? Bueno, TV3, como siempre, va a su bola. El caso es que la suerte de la temporada de otoño, y parte de la de invierno, la ha puesto en manos de dos programas: La isla de las tentaciones y Gran Hermano. Entre directos, galas y resúmenes en sus programas del corazón, llenan la programación. El resto solo está para llenar huecos y evitar, así, que se convierta en una cadena monotemática. Este domingo rizaron el rizo y colocaron dos debates, sí, dos, uno detrás del otro, en hora punta. Primero el de la isla y luego el de la casa. No ganaron. La 1 se llevó el premio con Mientras dure la guerra de Amenábar explicando la relación entre Unamuno y el franquismo, y es que, si lo analizamos fríamente, a quién interesa las sobreactuadas reacciones entre los tentados y tentadores en el paradisiaco resort caribeño?