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Pensar en vacaciones

(*) CLO de TalensIA — Talento, Ciencia e Innovación Profesor asociado de la UdL | Array

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Estos días de vacaciones son ideales para, sin trabajar, pensar en cómo pensar estratégicamente. Seguro que hay momentos en los que podemos pensar en un par de cosas que aplicaremos para poner en acción una visión más estratégica de nuestro desarrollo profesional. Ahora podemos encontrar el tiempo que durante el año no nos atrevemos a dedicar, ya que ahora no nos persiguen las prioridades o las urgencias del día a día.

¿Qué tenemos que cultivar, o poner en práctica cuando volvamos al trabajo, para desarrollar el pensamiento estratégico?

En primer lugar, debemos aportar tiempo, y recursos, a nuestro aprendizaje continuo, a seguir formándonos. Participar en formaciones y talleres con una mirada puesta en la planificación y en el análisis estratégico, en el liderazgo y en el desarrollo del talento. Y además, les podría aconsejar tres acciones para no dejar de aprender: leer, leer y leer. Leer siempre da una visión más amplia, ayuda a tener ideas innovadoras, a conectar de una forma diferente. Leer mucho y sobre temas diferentes en el móvil, en la prensa, en libros.

En segundo lugar, debemos fomentar nuestro pensamiento crítico, de manera que una perspectiva inconformista enriquezca o ayude a crear situaciones favorables.

Debemos estar alerta para cuestionar supuestos y buscar más alternativas posibles. Y esto se puede hacer también hacia atrás: en estos días en que nos tumbaremos o pasearemos más de lo habitual habrá ocasión de revisar, de forma crítica, qué funcionó y qué no, y por qué. Con tranquilidad.

Inevitablemente, no existe pensamiento estratégico sin planificación. Pensar a largo plazo puede ser un ejercicio saludable, y placentero, que endulce el día a día. Consideremos el impacto a largo plazo de las decisiones actuales, demos ese estirón de cuello más arriba de los objetivos inmediatos. ¿Mis decisiones actuales me llevan a lograr mis objetivos más estratégicos? ¿Qué metas tengo a largo plazo y qué pasos tengo que dar para alcanzarlas?

Y lo aparentemente sencillo no se debe descartar: las herramientas de análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) y PESTEL, el marco de condicionantes políticos, económicos, sociales, tecnológicos, medioambientales y legales que no por conocidos son menos útiles para ponernos a reflexionar y nos ayudan a desarrollar una visión clara y estructurada de hacia dónde y de cómo. Valen tanto si se aplican en el análisis del entorno propio como si hablamos de acciones de estrategia profesional o empresarial.

Existe una capacidad que debemos seguir desarrollando al volver de vacaciones: la comunicación. Sabemos la importancia de comunicar lo que se va a hacer, y a quién se debe comunicar, para movilizar personas y equipos hacia objetivos comunes. Habrá que organizar encuentros en los que, más allá de las cuestiones cotidianas, hablemos y nos peleemos sobre estrategias de cómo colaborar mejor, de cómo intercambiar ideas y planes.

Bien mirado, pensar estratégicamente en este impasse de vacaciones, o en el que trabajamos con un ritmo diferente, puede ser más fácil y productivo de lo que parece.

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