Toma de decisiones
(*) CLO de TalensIA - Talento, Ciencia e Innovación Profesor asociado de la UdL
Alguien dijo una vez que las decisiones se deben tomar cuando ya ha pasado la emoción. Confieso que no he seguido siempre el consejo. En muchas ocasiones tomamos una decisión cuando aún tenemos la carga emocional encima. Y es así, es una carga, de la que nos tenemos que desprender para decidir con más garantía o al menos con más lucidez.
En TalensIA consideramos que la toma de decisiones es una competencia fundamental. Todos los días tomamos decisiones entre múltiples alternativas, y tomar decisiones efectivas conlleva un equilibrio entre análisis crítico, gestión de riesgos, experiencia, e incluso en ocasiones, creatividad. Por ello recomendamos una serie de actividades que se pueden llevar a cabo en el trabajo diario, en situaciones reales y en situaciones simuladas, para desarrollar la capacidad de analizar opciones, priorizar alternativas y tomar decisiones bien fundamentadas. Veamos algunas:
Priorizar tareas bajo presión: hay que gestionar tareas importantes y variadas, pero los recursos son limitados y los plazos ajustados. Por tanto uno debe identificar las acciones críticas que tienen un mayor impacto en los objetivos generales y organizar las actividades restantes según su urgencia e importancia. Hay que considerar delegar con claridad, y especificar plazos y objetivos concretos.
Gestionar un conflicto: si dos o más miembros de un equipo están en desacuerdo y eso afecta el progreso de un proyecto importante, hay que escuchar a los interesados, identificar qué tienen en común y buscar soluciones que beneficien a las partes.
Si tienes que adoptar una nueva tecnología, evalúa funcionalidades, costes, facilidad de uso e integración. Prueba las opciones más prometedoras con un pequeño grupo antes de decidir qué tecnología implementar a gran escala. Pídeles que te informen para identificar posibles problemas y ajustar la decisión según necesidades reales.
Escoger entre dos proyectos: cuando debemos decidir entre dos proyectos estratégicos, por ejemplo, y de potencial similar, consideraremos nuestros recursos, compararemos los beneficios a corto y a largo plazo de cada proyecto, y su alineamiento con los objetivos de la organización. ¿Qué perspectiva tienen las partes interesadas? Podrías considerar escalonar uno de los dos proyectos, o ambos, o también priorizar uno y programar el otro para una fase posterior.
Aspectos éticos: al tomar una decisión o elegir entre proyectos considera también sus aspectos o riesgos éticos, evalúa el impacto de la decisión en todas las partes implicadas, clientes, empleados, el entorno social y el medio ambiente. Prioriza los valores de la organización y opta por la solución que sea ética y sostenible.
Por último, ¿quieres mejorar un proceso determinado? Entonces lleva a cabo un análisis de flujo de trabajo para identificar cuellos de botella y áreas de mejora. Planifica ajustes o cambios progresivos y mide el impacto de cada uno, después empieza otra etapa con nuevas modificaciones.
Recuerda que es clave informar al personal implicado en identificar problemas y en diseñar soluciones: en la organización, en casa, en clase, o en el grupo de amigos, participar en los cambios lleva a aceptarlos como propios.