SEGRE

Creado:

Actualizado:

El realizador Steven Soderbergh vuelve a demostrar su destreza ante un enrevesado rompecabezas elaborado por el guionista David Koepp, un todoterreno del cine americano. Soderbergh tiene ya suficientes galones para elaborar películas a su gusto, y ahora nos acerca a un mundo lujoso de espías cuya metodología de la observación, del análisis, de la percepción de detalles nimios convierten la sospecha en una verdad absoluta e incuestionable. Confidencial (Black Bag) juega a descubrir a un traidor a través de una lista de sospechosos de una agencia de investigadores privados cuyas intimidades y deslealtades –incluso afectivas– quedan expuestas alrededor de una mesa. Ese grupo de perspicaces personajes queda señalado cuando el agente George Woodhouse recibe el encargo de descubrir a la pieza discordante de la historia. Woodhouse posee la susodicha lista de posibles traidores en la que también se encuentra su esposa, una profesional como él del espionaje al más alto nivel, y en unas veladas feroces en el terreno dialéctico y algo más se irá desnudando psíquicamente a los propios compañeros de profesión, abriendo fisuras tanto sus dramas como en sus interrogantes. La película, que se mueve en lujosos interiores, en una elegancia presente en todo momento, en algún momento con aire de anuncio de perfume caro, y en una pareja que es todo sofisticación, con una refinada forma de actuar hasta en las más oscuras intenciones, es todo distinción en la figura de una Cate Blanchett que parece moldeada en cera y un Michael Fassbender hierático, que parece haber sido tallado en mármol, sin apenas mover un músculo facial, algo que recuerda enormemente a su papel en una magnífica serie que acertadamente me recomendó un buen amigo, La agencia, en la que las intrigas y el espionaje lo son todo y Fassbender brilla con su afinado estilo, algo que también vimos en El asesino, de David Fincher. La buscada frialdad de tan magnéticamente atractiva pareja, que se admira mutuamente, evidencia el tono de esta ingeniosa propuesta en la que la maquinación, las pistas –por triviales que parezcan–, las tácticas y técnicas que se utilizan, esa enrevesada construcción de personajes, proporcionan un interesante ejercicio de destreza, un hábil divertimento en el que hasta el veterano Pierce Brosnan, que sabe lo suyo sobre agentes secretos, muestra su vertiente más turbia.

En definitiva, un coup de force para eliminar al culpable, algo que aquí, mucho más coloquialmente simplista y de modo menos selecto, definiríamos como “muerto el perro, se acabó la rabia”. Así de elemental.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking