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El trío gallego Tanxugueiras, durante su actuación el viernes de la semana pasada en el Magnífic Fest.

El trío gallego Tanxugueiras, durante su actuación el viernes de la semana pasada en el Magnífic Fest.J.C.

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FOLK-POP

Intérpretes: Tanxungueiras / El Pony Pisador.

Festival: Magnífic Fest.

Turó de la Seu Vella.

Fecha: 17 de junio

★★★☆☆
Como decía hace unos días, este nuevo Magnífic Fest ha tenido la virtud de tejer un elenco artístico para todos los públicos. Tras el espectáculo protagonizado por Raphael al que acudió, sobre todo, gente de extracción más bien sénior, en este segundo acto pudo verse a espectadores significativamente más jóvenes. No en vano, el paso de las Tanxungueiras por la preselección española para Eurovisión granjeó al trío una popularidad inusitada y, de repente, multitud de seguidores, gracias a su propuesta rompedora en lo musical y formalmente hablando. Si tenemos en cuenta que su campo de batalla es un folk de claras raíces tradicionales pero tratado con una modernidad insultante, entenderemos el por qué de las cosas de su éxito y las razones que las han conducido, en apenas un quinquenio de trayectoria, a su envidiable situación actual. Para nosotros, más allá del rebomborio televisado originado, hemos podido comprobar de primera mano el mérito de estas artistas de poner de actualidad un género minoritario, sin lugar a dudas, pero al que ellas han dado un halo de modernidad indiscutible. Cantan en gallego, sobre bases electrónicas y acompañadas simplemente de elementos de percusión, pero aderezando sus espectáculos con frenéticas coreografías de baile con Muiñeiras, Xotas y Soltos, todo ello con una lógica armoniosa y de lo más atractiva para el público que las sigue con fruición. Atención..., Tanxungueiras no son flor de un día y les auguro mecha para rato. A continuación, saltaron al escenario los Pony Pisador, esa banda folkera también, pero que se ha especializado en la llamada música de tabernas, divertida y pensada para disfrutar a tope. Llegaron –nos contaron– directos desde Alemania de un conocido festival de su género y, sin solución de continuidad –sin dormir, vamos–, volvieron a hacer de las suyas, superando sin despeinarse múltiples desarreglos técnicos que les fueron surgiendo mientras desplegaban temas de sus cuatro álbumes. Eso sí, todo con buenísimo humor y echándole ganas. Qué más se les puede pedir...
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