Espectáculo delicioso
Como cada año, el Festival Musiquem Lleida! nos brindó la oportunidad a los aficionados musicales locales de gozar durante tres días de un buen número de actuaciones de diferentes géneros desde la clásica al pop, pasando por el jazz, el country, el folk o la música tradicional, vestidos todos ellos con ropajes de gran calidad interpretativa desde el punto de vista instrumental o, en su caso, también el vocal. Obviamente, sin poder abarcarlo todo, escogimos varias de ellas siguiendo un criterio de búsqueda y descubrimiento, en caso de artistas o agrupaciones hasta ahora desconocidos, o bien, por un particular gusto personal, yendo a lo seguro para acertar en la diana. En el caso que hora nos ocupa, me decidí por la actuación de la Al Ras Bluegrass Band, una formación con músicos originarios de Barcelona capital y sus alrededores, dedicada a la interpretación y difusión del bluegrass, el hillbily o el old-time, estilos originarios del folk tradicional norteamericano, por las pocas oportunidades que se nos platean de escuchar música como la suya, a la par divertida y tan singular y, junto a las voces, con instrumentos como el banjo, el violín (fiddle), el contrabajo o la steel guitar como herramientas dominantes. En mi discoteca particular, los vinilos de Bill Monroe, Jimmie Rodgers, Gene Autry, Earl Scruggs, Roy Acuff o el malogrado Hank Williams tienen su sitio de honor igual que unos pocos libros que describen sus vidas y aportaciones musicales junto a la biblia del género, la historia de The Grand Ole Opry o, lo que es lo mismo, más de un siglo de música country, en todas sus variedades y colores, las grandes canciones y todas las estrellas que las hicieron inmortales, lanzadas a través de las ondas del programa radiofónico más popular del país. Pues bien, los integrantes de Al Ras Bluegrass Band, a saber, Jorge Rodríguez, guitarra y voz; Maribel Rivero, contrabajo y voz; Jordi Marquillas, violín, guitarra y voz; Joan Manuel Hernández, mandolina; y Lluís Gómez, banjo, guitarra y voz, dominan el ritmo de los bailes del campo, las baladas de los pioneros y las típicas tonadas de las montañas, contagiándonos, a través de sus breakdowns instrumentales, toda la alegría que desprende esa música de raíces ancestrales. Nos obsequiaron un espectáculo delicioso, con una selección de temas tradicionales de algunos de esos héroes norteamericanos del género antes citados, junto a composiciones originales, sobre todo de Marquillas que, de todos los Al Ras, es el que mejor ha asimilado, quizás, el espíritu y sonoridades de aquellas variedades estilísticas de la tradición musical norteamericana de las montañas o el far west, como lo demuestran sus muy meritorias composiciones. Ellos, como pocos más en nuestro país, han sabido hoy asimilar y transmitir esa rica tradición musical tan genuinamente americana, contribuyendo, con sus educativos conciertos, a conservarla y divulgarla. Muy bien por ellos.