Dar vida después de la muerte
Altruismo incluso después de la muerte. Así se puede calificar la donación de órganos que ayudan a salvar las vidas de personas que están esperando un trasplante. En los primeros cuatro meses de este año, en el hospital Arnau de Vilanova se han registrado ocho donantes, el doble que en el mismo periodo de 2024, mientras que un total de 25 leridanos han sido beneficiarios de una donación, y hay otros 87 en lista de espera. El caso del que dábamos cuenta en nuestra edición de ayer de Ana Mallo Villarroya, una vecina de Alcoletge que falleció hace dos meses y que donó todos sus órganos y tejidos, resulta muy ilustrativo. Su hija, Anna Ramon, señaló que habían hablado en muchas ocasiones de esta cuestión, que ella lo tenía muy claro y que por eso la familia cumplió su deseo. Precisamente, también destacó que una de las claves para que haya más donantes es hablar abiertamente, un aspecto que va en la línea de “reforzar la concienciación social” que preconiza el director de la Organització Catalana de Trasplantaments, Jaume Tort. Como dice este, sin donantes no puede haber trasplantes que salven vidas. Sin embargo, la muerte continúa siendo un tema tabú para muchas personas, tanto a nivel familiar como social, a lo que hay que sumar que hay creencias religiosas que no favorecen este gesto. Son barreras a superar, y para ello sería bueno que todos reflexionáramos sobre el gran valor de poder dar vida a otros después de la muerte.
El valor de la política local
Vanesa Olivart, líder del grupo municipal de Junts en Almacelles, fue investida como nueva alcaldesa en el pleno celebrado el miércoles, después de que Joan Bosch, de Pacte Local, hubiera dimitido hace unos días del cargo. En un pleno con 13 ediles, Junts es el partido con mayor representación, con 4, por los 3 de Pacte Local y los dos que tienen tanto PSC como ERC y los Comuns. Olivart, que ya había ostentado la vara de mando en el anterior mandato, tiene cerrado un acuerdo de gobierno con los socialistas, que le dieron sus votos, y negocia la incorporación de ERC que, a pesar de no estar concretada, finalmente también le dio su apoyo. Este escenario demuestra las grandes diferencias de la política municipal con la catalana y la estatal. Junts es el principal partido de la oposición al Govern del PSC, y sus relaciones con Esquerra han vivido tiempos mucho mejores, y tanto la Generalitat como el Gobierno central no han podido aprobar el presupuesto de este año por falta de apoyos suficientes. Si en los municipios los partidos son capaces de pactar por encima de diferencias políticas y personales para que el ayuntamiento no quede paralizado, también debería hacerse en las otras administraciones.