SEGRE

Creado:

Actualizado:

La detención de un hombre de 40 años por presuntamente violar a su hija de 21 en la plaza de la Llotja delante de su otro hijo de 8 años, avanzada en exclusiva por SEGRE, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de seguir trabajando para evitar casos de violencia sexual como este. Los datos sobre estos delitos en las comarcas de Lleida son sobrecogedores. En el primer semestre, se denunciaron 61 violaciones, lo que supone una cada tres días. Es una realidad que hay que abordar, pero no desde la demagogia fácil. El lunes, la decisión de la jueza de dejar a este hombre en libertad con cargos con una orden de alejamiento de la joven generó críticas furibundas, que motivaron que ayer el Tribunal Superior de Justicia precisara que la resolución era la que pidieron las partes de la acusación, que en ningún momento solicitaron su encarcelamiento. Hay que tener en cuenta que la ley de Enjuiciamiento Criminal establece que la prisión preventiva solo puede imponerse si hay riesgo de fuga, de destrucción de pruebas o de reincidencia, porque se trata de una medida totalmente excepcional al privar de libertad a una persona sin que haya sido condenada. De hecho, precisa que únicamente puede aplicarse “cuando no existan otras medidas menos gravosas para el derecho a la libertad a través de las cuales puedan alcanzarse los mismos fines que con la prisión provisional”. En la madrugada de ayer, el hombre volvió a ser detenido por los Mossos d’Esquadra al infringir la prohibición de acercamiento, ya que estaba intentando entrar en el domicilio familiar. A diferencia de lo que ha pasado otras veces, hay que concluir que el dispositivo de control ha funcionado bien. A partir de aquí, habrá que ver cuál es la nueva decisión judicial una vez que ha quebrantado las medidas impuestas cautelarmente. Lo señalado para este caso es válido para otro tipo de delitos. El ingreso preventivo en prisión nunca puede ser el procedimiento habitual, sino la excepción que confirma la regla. Es verdad que hay cuestiones a revisar, como por ejemplo la de detenidos por robos que siguen en la calle cuando acumulan varias decenas de antecedentes, pero son puntuales.

Y ya que hablamos de hechos delictivos, es cierto que algunos generan alarma social, y que también hay zonas o localidades más afectadas. Sin embargo, no debemos dejarnos llevar por los mensajes por las redes –en los que la ultraderecha es muy efectiva– de que la inseguridad se ha adueñado de las calles, porque los datos lo desmienten. Hay que pedir que las fuerzas de seguridad estén bien dotadas y que la justicia sea ágil, pero no podemos permitir medidas que vayan en detrimento de la democracia, como está sucediendo en los EE.UU. de Trump, que es precisamente el espejo en que se miran los ultras europeos.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking