“Tengo el pelo blanco” y miento
Esta semana en esta casa hemos tenido que luchar contra la publicación de comentarios vergonzosos a raíz de la tragedia registrada el miércoles en Cappont. Lo explicaba el viernes en la edición digital del diario (y ayer en la de papel) Joan Teixidó: bulos que se difundían exponencialmente sin contrastar y difamaban a la víctima del asesinato, causando un enorme daño añadido a sus familiares, incluidas sus dos hijas de corta edad. Hicimos lo que pudimos, eliminando esos comentarios, pero la lucha contra los bulos que se expanden en las redes es muy difícil porque no se dirigen a la parte racional del cerebro, sino que buscan generar sentimientos de miedo y promover la maldad, que es lo que había en el caso de Cappont. Huelga decir que ahí la ultraderecha hace un festín. Para ser radical solo hace falta ser simple, y las redes tienen muchas virtudes, pero son terreno propicio para la expansión de la simpleza. En este caso el objetivo de las noticias falsas era hacer daño por el simple placer de hacerlo, lo cual debería llevar a quien a eso se dedica a plantearse si no necesita algún tipo de ayuda, por decirlo suavemente. Otros bulos tienen otra intención, normalmente de carácter político. Y ojo: no son, ni mucho menos, patrimonio exclusivo de las redes. Ahí tenemos a Miguel Ángel Rodríguez, ese señor –por decirlo, en este caso, eufemísticamente– del que ayer supimos que dijo ante el juez que lo de que la presidencia del gobierno había ordenado al fiscal general que vetara un pacto con el novio de Ayuso era mentira, pero lo dijo “porque tengo el pelo blanco” y sabía que esa mentira haría daño a Pedro Sánchez. Tal cual. Con toda la desfachatez. Pero eso no es todo. La anécdota –patética anécdota– adquiere la condición de categoría cuando el juez instructor, sabiendo que Miguel Ángel Rodríguez se ha inventado el dato que ha dado origen a la causa contra el fiscal general, no solo no la archiva, sino que sigue adelante hasta llevarlo al banquillo de los acusados. De manera que los bulos no son patrimonio de las redes, porque esta mentira del asesor de Ayuso fue seguida por todos los medios de la derecha madrileña y por el juez instructor, pero las redes, qué duda cabe, los potencian: a los pocos días de la confesión de la mentira, Rodríguez y Ayuso difundían tuits en los que festejaban que lo del fiscal general “va p’alante”. Pues nada, p’alante. En esas estamos. “La política hoy se ha convertido en una churrería de eslóganes”, decía el viernes Joan Maria Piqué en un análisis de Trump en el Sant Miquel de les Lletres. Y añadía que el presidente del mundo, y ya nos entendemos, “no es el creador de la política sin moral, sino su consecuencia”. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Trump es presidente pese a ser un delincuente sexual e instar un golpe de Estado. Y no le han dado el Nobel, pero lo han dado a una mujer que apoya a Vox y Bolsonaro. En esas estamos.