¿Qué más puede pasar?
D urante la semana, previa al partido, uno se pregunta: ¿qué más le puede pasar al Atlètic Lleida? Y sí, siempre hay alguna cosa con la que no se había contado que le pasa. Y a renglón sentido, como somos de letras, nos viene a la cabeza aquella frase de Cicerón que, analizábamos por activa y por pasiva, en las clases de latín: “Quosque tandem abutere Atlètic Lleida, patientia nostra?” Huelga decir que se sigue utilizando hoy en día para expresar hartazgo ante una situación insostenible.
Ayer en el Municipal de Sa Pobla, los leridanos vivieron un nuevo esperpento más allá de acabar goleados, 3-0, en el campo del líder que le deja como colista, pase lo que pase en la jornada de hoy. El equipo viajó con tan solo 16 jugadores; los once futbolistas, el portero suplente y cuatro jugadores de campo. Comienza el partido y en tan solo tres minutos Santana ve dos tarjetas absurdas y deja a los suyos con diez. Entra Lamine, de lo más acelerado, y sin pausa comete un penalti innesario y ve una tarjeta. Tras 17 minutos sobre el césped, Gabri lo cambió en el descanso. O sea, un desastre que no se pudo mejorar en la segunda mitad con el Atlètic Lleida rezando para que no le pasara nada más.
En Cappont ya andan escribiendo la carta a los Reyes Magos, o, mejor aún, a Papa Noel, que llega antes. Porque esto, sin ánimo de pecar de ser alarmistas, tiene toda la pinta de ser un drama hasta el final de temporada.