Con la cultura y valores corporativos

Tal y como constatamos en el artículo anterior, el fundador o fundadora de una organización deja su impronta en el rumbo de esta y es quien define su cultura y valores corporativos, que están alineados con su visión estratégica a largo plazo. Básicamente es su ADN, su alma, la que construye los cimientos y define el rumbo de la organización.Para que tenga éxito, es crucial compartir y contagiar la visión con todo el personal, e indispensable con el staff. Todo el personal debería estar alineado con la cultura y valores corporativos.El primer paso para conseguirlo es definirlos de forma clara, razonada y explícita. Elaborar una lista con entre cinco y seis valores corporativos, que definan nuestra forma de actuar, tomar decisiones y trabajar en nuestra empresa. Nos va a ayudar a transmitir, compartir y ejecutar adecuadamente la visión estratégica.Pero es necesario un segundo paso, el de incorporar esos valores en los procesos de evaluación tanto para la selección como para la gestión interna de personal, de manera que podamos cribar en base a ello para su incorporación a nuestra organización e intervenir, capacitar y acompañar para el máximo desempeño en la gestión del talento interno.Métodos para la evaluación de valores hay algunos. En cualquier caso, es aconsejable utilizar varios y contrastarlos, para conseguir mayor rigor y fiabilidad. Cuantos mayores inputs obtengamos, más fiable será el resultado. En los procesos de selección, incluir preguntas específicas sobre valores y comportamientos nos puede ayudar a comprender cómo los candidatos se alinean con la cultura de la empresa. Pero si añadimos un workshop vivencial que ponga de manifiesto esos valores, tendremos dos fuentes alternativas de evaluación que darán más rigor a su resultado.En la gestión del talento interno, se pueden realizar encuestas periódicas para medir la percepción de los empleados sobre la cultura organizacional y su grado de identificación con los valores de la empresa. Es aconsejable que estas encuestas estén contrastadas, es decir, que se utilicen preguntas obtenidas de fuentes fiables y validadas. Adicionalmente, se pueden asociar objetivos a conductas alineadas con los valores corporativos y realizar seguimientos de los mismos, lo que contribuirá a la solidez de la evaluación.También podemos observar cómo los empleados interactúan en el entorno laboral para identificar si sus acciones reflejan los valores y normas culturales. Y reconocerlo, tanto en su desempeño o evaluación, como comunicándoselo explícitamente, para con ello, conseguir que se consolide y se contagie su actitud.Es decir, integrar criterios relacionados con la cultura en las evaluaciones de desempeño, reconociendo y recompensando comportamientos que refuercen la cultura organizacional, mediante un sistema de feedback 360 grados, que permita la coevaluación de colegas, superiores y subordinados sobre el comportamiento de los empleados en relación con la cultura.Y, para garantizar que se cumpla esa relación, podemos incluir la cultura de la empresa en programas de capacitación para actuales y nuevos empleados. Pero siempre teniendo en cuenta que evaluar el encaje cultural es un proceso continuo, la cultura evoluciona, pues en el contexto actual innovar y adaptarse son dos constantes. Así, el reto es garantizar que los empleados sigan alineados con los valores y la visión estratégica, cada día, a corto plazo y a lo largo del tiempo.Que en 2024 construyamos las mejores organizaciones. Gracias por seguir liderando con nosotros.