Menos trasplantes por la Covid

La actividad de donación y trasplante de órganos se ha visto seriamente afectada por la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, lo que se traduce en menos trasplantes y donantes en lo que llevamos de año en toda Catalunya, en conparación al 2019. Tras bajar la carga de trabajo en las UCI, se reactivan todos los programas paralizados en los últimos dos meses, ya que solo se mantuvo la actividad más urgente. Según los datos de la Oficina Catalana de Trasplantes (OCATT), hasta el 31 de mayo, un total de 18 leridanos fueron receptores de un órgano frente a los 24 en las mismas fechas del año pasado. También ha bajado de forma significativa el número de donantes, con 2 este año frente a los 6 de 2019. Al respecto, la coordinadora de la Unidad de Trasplantes del hospital Arnau de Vilanova, Mariona Badia, dos donantes puede parecer “una cifra baja” pero señala que gracias a ellos se pudieron hacer una docena de trasplantes. Sobre si teme que haya un descenso de las donaciones a causa de la Covid, Badia señala que “la pandemia ha dejado ver lo peor y lo mejor de nosotros y la solidaridad demostrada ha sido inmensa, por lo que creemos que esta crisis podría hacer aumentar el número de donantes”.

Por su parte, la psicóloga de la Fundación Renal Jaume Arnó, Esther Jiménez, afirma que los pacientes con enfermedades renales crónicas que han sido trasplantados o están a la espera de un nuevo riñón suponen uno de los colectivos más vulnerables por lo que, además del riesgo de contagio de la Covid, entre las inquietudes más habituales se encuentra una posible complicación por su inmunodepresión. Asegura que el confinamiento supuso un cierto alivio al ofrecerles una garantía de seguridad, aunque “temen que haya una relajación en las medidas de seguridad, por lo que muchos prefieren quedarse en casa”.

entrevista

Esther Jiménez. Psicóloga sanitaria

¿Ha habido un aumento de la demanda de apoyo psicológico en la Fundació Jaume Arnó desde que empezó el estado de alarma?

No, creo que cuando volvamos a la ‘nueva normalidad’ aparecerán las verdaderas secuelas del estado de alarma y habrá un incremento de la demanda de ayuda. La primera reacción ha sido la de adaptarnos pero, cuando procesemos los efectos del aislamiento social, puede que aflore más ansiedad o estrés.

¿Cuáles han sido las principales preocupaciones de los pacientes con enfermedades renales crónicas?

La desescalada del confinamiento y la relajación de la población en cuanto al uso de mascarillas son las cuestiones que más preocupan, así como las visitas al hospital.