Así afecta la procesionaria del pino a las mascotas: puede ser mortal para los perros

Llega la primavera y con ella la procesionaria, un tipo de oruga considerada como "plaga" que puede ocasionar urticaria en personas e incluso la muerte para las mascotas. Este año ya ha sido notificada la presencia de esta oruga y se prevee un aumento de esta población, según ha notificado la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA).

La procesionaria tiene un ciclo anual que comienza en verano, cuando se ponen los huevos. Con la llegada del frío, construyen los "bolsones" en los pinares. Cuando empieza a aumentar la temperatura, acelera el desarrollo hasta convertirse en orugas que descienden por el tronco hasta la tierra en procesión, una detrás de otra y formando largas filas hasta enterrarse y formar una crisálida. 

El peligro de estas orugas radica en los pelos urticantes que las recubren. Muchos perros, atraídos por su movimiento, se pueden aproximar a explorar. Si se acercan demasiado, los pelillos se pueden incrustar en tejidos blandos como nariz, lengua u ojos. Las orugas no “lanzan” los pelillos, pero sí los sueltan y, al ser ligeros, pueden acabar en el perro aunque no haya contacto físico directo. Es importante que el perro no huela y ni muerda o se lleve a la boca la oruga procesionaria, porque el resultado puede ser muy grave e irreversible, ya que provoca ahogamientos por inflamación del sistema respiratorio.  

ANECPLA aconseja a los ciudadanos que eviten tener contacto con los pelos urticantes de la procesionaria. Hay que evitar incluso pisarlas, ya que "cuando se entra dentro de su espacio, aunque estén en el suelo, esos pelos urticantes están en el ambiente", argumenta, para reclamar finalmente que se mantenga "alejados a los niños y a los animales domésticos".

Síntomas de intoxicación

Los síntomas dependen del animal y del contacto que haya tenido con la oruga procesionaria, pero los más comunes son:

Lo ideal es acudir de forma urgente y lo más rápido posible a un veterinario, ya que los pelos liberan una sustancia urticante y pueden necrosar los tejidos. Mientras, se puede lavar la zona afectada con abundante agua caliente de dentro hacia fuera. El agua caliente inhibe la toxina de los pelitos.