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OBITUARIO ABOGACÍA

Muere por eutanasia el abogado Àlex de Sàrraga

Tras toda una vida de lucha social, logra que se respete su derecho a una muerte digna || Es uno de los primeros casos en Lleida

Àlex de Sàrraga.

Àlex de Sàrraga.LA BAULA ATENEU CORPORATIU

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Ayer falleció a los 76 años el abogado de Lleida Àlex de Sàrraga Gómez tras lograr que se le aplique el derecho a la eutanasia, en vigor desde junio de 2021. La ley dice que se puede aplicar a pacientes que lo pidan y se hallen “en un contexto de padecimiento grave, crónico e imposibilitante o enfermedad grave e incurable, causantes de un sufrimiento intolerable”. De Sàrraga se encontraba en estos supuestos y ha logrado que se respete un último derecho: el suyo a una muerte digna.

Es uno de los primeros casos en Lleida. De Sàrraga ha dejado una profunda huella en la defensa de los derechos humanos. Hijo y hermano de abogados, sus padres le enviaron a estudiar a Zaragoza porque pensaban que allí las cosas estarían más tranquilas, ya que la Universidad de Barcelona, en el tardofranquismo, estaba muy politizada.

Quizás la de Zaragoza no tanto, pero Àlex se implicó pronto en reivindicaciones. Decía que en la Facultad se dedicó sobre todo a estudiar y leer en la biblioteca y a participar en movilizaciones. Fue un comunista convencido y se apuntó al PSUC en 1969.

En los años 70 empezó a ejercer en Lleida como abogado laboralista y defendió a muchos trabajadores represaliados por razones políticas. Enseguida adquirió gran experiencia porque al poco de abrir su despacho en Lleida lo hizo la sede de CCOO, de cuyas causas se hizo cargo. Entre 1970 y 1976 gestionó 5.000 consultas y participó en 500 juicios ante la Magistratura de Trabajo.

Aunó a juristas demócratas y jamás perdió la creencia de que con las leyes se puede cambiar el mundo. Para él la abogacía no era un trabajo; era una devoción. Siempre fue agradecido con los suyos, fueran estos trabajadores, compañeros de profesión o compañeros de lucha.

Miles de leridanos le agradecen una vida dedicada a defender los derechos humanos desde una abogacía que amaba como pocas personas la han amado. Ayer logró que se respete su derecho a una muerte digna y acreditó que con la ley, efectivamente, se puede cambiar el mundo.

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