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Identificada una nueva forma genética del Alzhéimer

Este descubrimiento explica uno de cada cinco casos de la enfermedad

Investigadores de Sant Pau abren una ventana de oportunidades para cuando se apliquen fármacos preventivos o moderadores

Investigadoras observando muestras de cerebro en el área de investigación en Enfermedades Neurológicas, Neurociencia y Salud Mental del Instituto de Investigación de Sant Pau.Laura Fíguls / ACN

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Investigadores del Instituto de Investigación de Sant Pau han identificado una nueva forma genética del Alzhéimer, que explica entre el 15% y el 20% de casos de la enfermedad. El estudio, que publica ‘Nature Medicine’, muestra que casi todas las personas que tienen dos copias del gen APOE4 desarrollan signos biológicos de la enfermedad (acumulación de placas de beta-amiloide en el cerebro). Se calcula que entre un 2% y un 3% de la población tiene esta variante del gen. Ahora bien, entre la biología de la enfermedad y los síntomas clínicos pasan muchos años y eso abre oportunidades. “Cuando tengamos intervenciones que prevengan o ralenticen la enfermedad, estas personas tienen que ser los primeros de la lista”, afirma el doctor Juan Fortea, primer firmante del artículo.

Es un momento esperanzador ante la enfermedad de Alzheimer, el trastorno degenerativo de las células cerebrales que deteriora la memoria, el pensamiento y la conducta y que afecta a un 2% de la población mayor de 59 años, según la web Canal Salut. La situación actual no tiene nada que ver con la de hace una década, ya que, por primera vez, se puede cambiar el curso de esta enfermedad, dice el doctor Fortea, director del área de investigación en Enfermedades Neurológicas, Neurociencia y Salud Mental del Instituto de Investigación de Sant Pau, en declaraciones con motivo de la publicación del estudio.

Los recursos digitales y el desarrollo de biomarcadores en sangre dan muchas más posibilidades para el diagnóstico y seguimiento y en algunos países (todavía no en Europa) se han aprobado los primeros tratamientos que ralentizan el curso de la enfermedad, con resultados “todavía modestos, pero muy robustos”, señala. “Como médico, me parece un escenario completamente nuevo, con un horizonte de esperanza a diez años vista bastante razonable y justificable,” afirma el también director de la Unidad de Memoria del Servicio de Neurología de este hospital barcelonés.

En este contexto, se publica el artículo del equipo liderado por el doctor Fortea en la prestigiosa revista ‘Nature Medicine’. Según el estudio, más del 95% de las personas de más de 65 años que tienen dos copias del gen APOE4 muestran características biológicas del Alzhéimer en el cerebro o biomarcadores de la enfermedad en el líquido cefalorraquídeo y PET.

Este gen se conoce desde hace más de 30 años y se sabía que estaba asociado a un riesgo mayor de desarrollar el Alzhéimer. El estudio postula ahora que tener este gen duplicado desemboca en la biología de la enfermedad. “Se trata de una reconceptualización bastante profunda de la enfermedad o del papel que tiene el APOE44. Estamos diciendo que una persona con este genotipo tiene más del 95% de probabilidades de desarrollar la biología del Alzhéimer a los 60 o 65 años”, destaca al investigador. Esta reconceptualización es parecida a la que propusieron hace unos años desde Sant Pau al síndrome de Down, otra forma genéticamente determinada del Alzhéimer.

El hallazgo es relevante porque entre el 2% y el 3% de la población tiene esta variante del gen. Pero tener la biología de la enfermedad no es lo mismo que desarrollar síntomas. “El Alzhéimer es una enfermedad muy lenta, de años, de décadas. Desde que tienes las lesiones en el cerebro hasta que desarrollas la enfermedad pasan unos 20 años. Eso abre una ventana de intervención muy importante”, recalca Fortea. Además, todavía está el debate científico si todas aquellas personas con la biología de la enfermedad acabarán desarrollándola.

Así, una de las grandes incógnitas ahora es determinar el riesgo real de los portadores de dos copias del gen APOE4 de desarrollar, no la biología de la enfermedad, sino los síntomas de esta demencia. De hecho, como este gen está asociado a más riesgo cardiovascular, algunas personas mueren antes. “Pensamos que el riesgo clínico de desarrollar la demencia está infraestimado. Para poder informar a las personas con este genotipo, tenemos que determinar claramente este riesgo”, apunta.

El investigador de Sant Pau señala que también hay que seguir desarrollando estudios y ensayos clínicos para prevenir o ralentizar el desarrollo de la enfermedad y, cuando se pueda intervenir en este ámbito, defiende los cribados poblacionales para identificar a las personas con esta variante. Los investigadores utilizaron datos de 3.297 donantes de cerebro, incluyendo muestras de 273 homocigotos APOE4 del National Alzheimer's Coordinating Center (Estados Unidos) y datos clínicos y de biomarcadores de más de 10.000 personas, incluidos 519 homocigotos APOE4 de cinco grandes cohortes multicéntricas de Europa y los Estados Unidos, entre ellas la Fundación Pasqual Maragall, de pacientes con biomarcadores del Alzhéimer.

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