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Sal en el champú: el truco casero que revoluciona el cuidado capilar

Este sencillo remedio ayuda a remediar problemas como el exceso de grasa en el cabello o la falta de volumen 

Mezclar sal con el champú, un revolucionario truco de belleza.

Mezclar sal con el champú, un revolucionario truco de belleza.Pexels

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La sal de Epsom, también conocida como sulfato de magnesio, está ganando popularidad como ingrediente multifuncional para el cuidado personal. Este mineral, tradicionalmente utilizado para aliviar dolores musculares mediante baños relajantes, está demostrando ser un valioso aliado para el cuidado capilar, especialmente para quienes sufren de cabello con tendencia a engrasarse rápidamente.

La técnica es sorprendentemente sencilla: añadir una pequeña cantidad de sal de Epsom al champú habitual. Según expertos en cosmética natural, este método ayuda a reducir la acumulación de grasa en el cuero cabelludo, proporcionando una sensación de limpieza más duradera. El sulfato de magnesio absorbe el exceso de sebo, dejando el cabello visiblemente más brillante y con un aspecto más saludable tras el lavado.

Cómo incorporar la sal de Epsom en tu rutina capilar

Para quienes buscan combatir el problema del cabello graso, el procedimiento recomendado consiste en añadir un puñado de sal de Epsom directamente al champú. Se debe proceder con el lavado normal del cabello y, según numerosos usuarios, los resultados son perceptibles rápidamente con una notable disminución de la grasa.

Existe también otra aplicación interesante para aumentar el volumen capilar. Se puede mezclar sal de Epsom con el acondicionador habitual, calentar ligeramente la mezcla y masajear en las raíces durante aproximadamente 20 minutos antes de aclarar. Este tratamiento no solo previene las puntas abiertas, sino que aporta volumen adicional al cabello.

Beneficios de la sal de Epsom para el cuidado facial

Las propiedades del sulfato de magnesio también son beneficiosas para el rostro. Una mezcla de sal de Epsom con jabón líquido o gel limpiador facial, aplicada con suaves movimientos circulares y aclarada con agua tibia, ayuda a mantener los niveles de hidratación adecuados y elimina las células muertas.

Los iones de azufre presentes en el sulfato de magnesio actúan como calmantes, purificantes y antiinflamatorios para la piel. Un baño completo con esta sal no solo relaja los músculos, sino que tiene efectos positivos sobre la dermis, dejándola más suave y receptiva a los tratamientos exfoliantes posteriores.

Como alternativa directa, se pueden utilizar los cristales de sal de Epsom mezclados con aceite de coco como exfoliante natural, proporcionando una opción casera y económica para el cuidado cutáneo.

Cuidado de los pies con sal de Epsom

Para aquellas personas que permanecen de pie durante largas jornadas y sufren de hinchazón o dolor en los pies, la sal de Epsom mezclada con aceite de oliva puede ser un tratamiento efectivo, especialmente para combatir los talones secos y agrietados.

Existe también evidencia anecdótica sobre la eficacia de la sal de Epsom contra las infecciones fúngicas de las uñas de los pies. Una receta casera consiste en preparar una solución con una cucharada sopera de bicarbonato sódico, una de sal de Epsom y dos cucharadas de agua oxigenada y vinagre en un vaso de agua caliente. Tras sumergir los dedos afectados en vinagre durante diez minutos, se aplica la mezcla con un algodón, se deja secar y se cubre con un vendaje. Este procedimiento debe realizarse dos veces al día durante un mes.

Otros usos sorprendentes de la sal de Epsom

Para aliviar los moratones, que pueden resultar antiestéticos incluso después de haberse curado, se recomienda mezclar dos cucharadas soperas de sal de Epsom con agua y aplicar cuidadosamente sobre la zona afectada.

Las cefaleas, ya sean provocadas por el calor estival o tras una intensa jornada laboral, también pueden encontrar alivio en un baño con sal de Epsom. Las propiedades de la sal en el agua ayudan a relajar la musculatura y liberar tensiones, factores que frecuentemente contribuyen a los dolores de cabeza.

En el ámbito doméstico, una mezcla a partes iguales de sal de Epsom y jabón líquido puede convertirse en un aliado para la limpieza de azulejos y superficies, dejándolos impecables.

Para quienes padecen de insomnio o dificultades para conciliar el sueño tras días estresantes, un baño vespertino con 3-4 cucharadas soperas de sal de Epsom puede tener efectos relajantes sobre la musculatura, funcionando como un auténtico elixir para facilitar el descanso nocturno.

Incluso los electrodomésticos pueden beneficiarse de las propiedades de esta sal: añadir una pequeña cantidad al lavavajillas y ejecutar un ciclo normal puede eliminar manchas persistentes de forma eficaz.

La sal de Epsom: un mineral versátil

El sulfato de magnesio o sal de Epsom es un compuesto mineral descubierto originalmente en Epsom, Inglaterra, del cual deriva su nombre común. Está compuesto por magnesio, azufre y oxígeno, y se presenta como cristales blancos o gránulos incoloros.

Tradicionalmente utilizado en medicina como laxante y para tratar afecciones como la eclampsia, en la actualidad se ha popularizado enormemente en el ámbito cosmético y de la salud natural. Su accesibilidad y bajo coste, combinados con su versatilidad, lo convierten en un producto cada vez más presente en los hogares españoles.

¿Por qué es efectiva la sal de Epsom contra el cabello graso?

La eficacia de la sal de Epsom contra el exceso de grasa en el cabello se debe principalmente a sus propiedades absorbentes. El sulfato de magnesio tiene la capacidad de atraer y retener la humedad y los aceites, por lo que al incorporarlo al champú, puede absorber el exceso de sebo del cuero cabelludo, dejando una sensación de limpieza más profunda y duradera.

Además, su acción ligeramente exfoliante ayuda a eliminar la acumulación de células muertas y residuos de productos capilares, permitiendo una limpieza más efectiva y creando una base más saludable para el crecimiento del cabello.

¿Se puede usar la sal de Epsom en todos los tipos de cabello?

Aunque este remedio resulta especialmente beneficioso para cabellos con tendencia grasa, las personas con cabello seco o muy sensible deben usarlo con moderación. La sal puede tener un efecto ligeramente desecante, por lo que en estos casos se recomienda utilizarla con menor frecuencia o incorporar tratamientos hidratantes complementarios para mantener el equilibrio adecuado.

Los expertos en tricología sugieren comenzar con pequeñas cantidades e ir ajustando según la respuesta individual del cabello, observando cuidadosamente cualquier señal de resequedad o irritación del cuero cabelludo.

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