Qué contienen las barritas de pescado y por qué son un alimento a evitar
Un estudio revela la presencia de sustancias potencialmente cancerígenas en algunos de estos productos procesados, mientras los nutricionistas advierten sobre su bajo valor nutricional y sugieren alternativas más saludables para la dieta infantil

Nuggets de pescado.
Los nutricionistas recomiendan incluir pescado en la alimentación infantil desde edades tempranas, con una frecuencia de dos o tres veces por semana. Sin embargo, conseguir que los más pequeños consuman este alimento suele ser complicado, ya sea porque no les gusta su sabor o porque los padres disponen de poco tiempo para prepararlo adecuadamente. Este déficit resulta especialmente problemático durante la infancia y adolescencia, etapas en las que el pescado aporta nutrientes esenciales para el desarrollo cerebral y el crecimiento. Paradójicamente, muchos niños que rechazan el pescado fresco aceptan con agrado los productos empanados industriales, como los nuggets o bastoncitos de pescado.
Un aspecto crítico que los consumidores deberían conocer es que estos populares bastoncitos, disponibles en la sección de congelados de cualquier supermercado, contienen únicamente entre un 50% y un 60% de pescado real. El porcentaje restante corresponde a una mezcla de ingredientes como harina, agua, aceite, almidón, azúcar, sal y diversos aditivos. La industria alimentaria ha perfeccionado estos productos añadiendo sustancias altamente palatables que resultan atractivas para el paladar infantil, aunque su calidad nutricional sea cuestionable. Entre estos ingredientes destacan azúcares añadidos, aceite de colza y cantidades elevadas de sal, componentes poco saludables pero que garantizan la aceptación del producto.
Contaminantes potencialmente cancerígenos en los bastoncitos de pescado
Más allá de su composición nutricional, lo verdaderamente preocupante es la presencia de contaminantes tóxicos y potencialmente cancerígenos en estos productos. Un reciente estudio de laboratorio realizado por la revista suiza "Bon à Savoir", especializada en la protección de los consumidores, analizó 15 marcas diferentes de bastoncitos de pescado comercializados en Suiza. Los resultados revelaron la presencia de glicidol, una sustancia química que puede formarse durante el procesamiento de aceites vegetales a altas temperaturas. Este compuesto está clasificado como potencialmente cancerígeno.
Aunque los niveles detectados no representan un riesgo agudo inmediato, los expertos advierten sobre los peligros de la acumulación a largo plazo, especialmente en consumidores habituales. El glicidol no solo está presente en los bastoncitos de pescado, sino también en otros alimentos fritos o procesados con aceites vegetales, lo que aumenta el riesgo de exposición acumulativa.
Por otro lado, un análisis realizado por la revista alemana "Oekotest" en agosto de 2023 examinó 19 marcas de bastoncitos de pescado, detectando en 11 de ellas la presencia de ésteres de ácidos grasos 3-MCPD, compuestos tóxicos también asociados al procesamiento de aceites y grasas vegetales a altas temperaturas. En algunos casos, también se detectó glicidol.
Formación de sustancias tóxicas durante el procesamiento industrial
Estos compuestos tóxicos se forman durante el proceso de fritura industrial al que se someten los bloques de pescado empanados, aproximadamente 30 segundos a temperaturas muy elevadas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha establecido una dosis diaria máxima tolerable para estos compuestos, y advierte especialmente sobre su impacto en los más jóvenes.
Según el sitio web de la EFSA: "Los niveles de consumo de 3-MCPD a través de los alimentos se consideran seguros para la mayoría de los consumidores, pero existe un potencial problema de salud para los grandes consumidores en los grupos de edad más jóvenes. En el peor de los casos, los bebés alimentados exclusivamente con fórmula infantil podrían superar ligeramente el nivel de seguridad".
El análisis alemán de Oekotest indicó que un niño de 30 kg que consuma cinco bastoncitos podría superar la dosis diaria tolerable establecida por la EFSA. El 3-MCPD ha sido clasificado por esta misma autoridad como una sustancia "genotóxica y cancerígena, es decir, que puede dañar el ADN y provocar cáncer".
Presencia de contaminantes en otros alimentos procesados
Es importante señalar que estos contaminantes no se limitan a los bastoncitos de pescado. Los ésteres de ácidos grasos 3-MCPD también están presentes en la leche infantil en polvo, que contiene grasas vegetales procesadas como aceite de colza, girasol o palma. Asimismo, se encuentran en todos los alimentos que contengan aceites vegetales refinados (girasol, colza, palma, soja, cacahuete, maíz) y en los propios aceites vegetales comercializados en supermercados.
Para la formación de estas sustancias tóxicas, los aceites alimentarios deben alcanzar temperaturas superiores a los 200°C, condición que se cumple durante el proceso de refinado al que se someten todos los aceites vegetales industriales. La EFSA confirma en su web que "la sustancia química 3-monocloropropanodiol (3-MCPD) y sus derivados llamados ésteres de 3-MCPD son contaminantes presentes en algunos alimentos y aceites vegetales procesados, principalmente en el aceite de palma. El 3-MCPD y sus ésteres se forman involuntariamente en dichos alimentos, particularmente durante los procesos de refinado de los aceites".
Alternativas más saludables a los bastoncitos de pescado
A la vista de esta información, resulta evidente que los bastoncitos de pescado no constituyen la mejor opción para introducir el pescado en la dieta infantil. Del mismo modo, todos los alimentos industriales que contienen aceites vegetales refinados, como galletas, bollería, pan tostado, platos preparados o fideos instantáneos, deberían limitarse en el contexto de una alimentación saludable.
Los únicos aceites vegetales realmente saludables son aquellos que no han sido refinados, como el aceite de oliva virgen extra (siempre extraído en frío) o el aceite de coco virgen. Incluso el aceite de oliva normal o el de orujo son productos refinados mediante procesos a altas temperaturas y deberían evitarse. Otros aceites vegetales no refinados son aquellos en cuyo envase se especifica "extraído en frío", habitualmente productos ecológicos donde la normativa solo permite el uso de aceites vegetales no refinados y extraídos en frío (por ejemplo, aceite de girasol, soja o lino extraídos en frío).
No es casualidad que en el estudio suizo mencionado, la única marca de bastoncitos de pescado libre de glicidol fuera precisamente un producto ecológico (Coop Naturaplan), lo que confirma la importancia de elegir alimentos mínimamente procesados y de producción sostenible.