¿Puedo tocar el móvil u otra pantalla en el coche? La Guardia Civil responde
Una consulta habitual entre conductores recibe una respuesta clara por parte de las autoridades

Un salpicadero de un coche.
La duda sobre si está permitido tocar el teléfono móvil o manipular la pantalla del coche mientras se conduce es más común de lo que parece. Con el auge de los vehículos conectados y los sistemas de infoentretenimiento, muchos conductores creen que interactuar con pantallas táctiles, GPS o el propio smartphone no conlleva consecuencias legales si no se utiliza para hablar o escribir mensajes. Sin embargo, la normativa vigente en materia de tráfico y seguridad vial es clara: cualquier acción que pueda suponer una distracción al volante puede ser sancionada, especialmente si se realiza en movimiento.
Según ha recordado la Guardia Civil a través de sus canales informativos, utilizar el móvil mientras se conduce está considerado una infracción grave, independientemente del uso que se le dé. No solo se refiere a hablar o enviar mensajes: el simple hecho de sostener el dispositivo con la mano mientras el vehículo está en marcha puede ser motivo de sanción. Esta infracción acarrea una multa de 200 euros y la pérdida de seis puntos del carné de conducir.
📱📢 Las distracciones al volante matan, y el móvil es el origen de muchas de ellas. Nuestros compañeros de la #ATGC de @guardiacivil lo saben bien porque lo ven a diario.
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) April 14, 2025
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Pero no solo el móvil entra en el punto de mira. Manipular las pantallas táctiles integradas en el propio vehículo, como las del sistema de navegación, el control del climatizador o la radio, también puede suponer una sanción si su uso implica una distracción evidente. Por ejemplo, introducir una dirección en el GPS mientras se conduce o navegar por menús complejos puede ser castigado con 200 euros de multa y la retirada de tres puntos.
No obstante, hay ciertos matices. Según han detallado desde la Dirección General de Tráfico (DGT), acciones simples como subir el volumen de la radio o ajustar la temperatura no suelen sancionarse, salvo que el agente considere que han interferido en la atención a la conducción. El problema radica en que muchas pantallas actuales requieren navegar por múltiples menús para realizar funciones básicas, lo que puede aumentar el tiempo de distracción.
Aún parado, el conductor sigue en situación de conducción
Uno de los errores más habituales es pensar que, al estar detenido en un semáforo o en medio de un atasco, se puede utilizar el teléfono móvil sin consecuencias. Pero la ley considera que mientras el vehículo no esté correctamente estacionado, el conductor sigue en situación activa de conducción, y por tanto también puede ser sancionado por el uso del móvil o por manipular pantallas. Esto incluye comprobar notificaciones, escribir mensajes o consultar redes sociales mientras se espera con el motor en marcha.
Seguridad y responsabilidad
Desde la Guardia Civil insisten en la importancia de configurar todos los dispositivos electrónicos antes de iniciar la marcha y, en caso de necesitar realizar algún ajuste, hacerlo únicamente cuando el coche esté correctamente detenido en un lugar seguro. Asimismo, se recomienda el uso de sistemas de manos libres, control por voz o herramientas integradas como Apple CarPlay y Android Auto, siempre que su uso no implique desviar la atención de la carretera.
El objetivo de estas restricciones no es otro que garantizar la seguridad vial. La DGT recuerda que una distracción de solo tres segundos a 120 km/h equivale a recorrer más de 100 metros a ciegas, lo que puede suponer un riesgo muy elevado de accidente, tanto para el conductor como para los demás usuarios de la vía.
Con la llegada de nuevas tecnologías a los vehículos, la normativa de tráfico también se adapta para garantizar que la innovación no suponga un retroceso en la seguridad. Así que, antes de tocar la pantalla o coger el móvil al volante, mejor pensárselo dos veces: la multa puede ser lo de menos comparado con las posibles consecuencias.