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El doctor Manuel Viso avisa sobre la confusión entre omega 3 y omega 6: "Pone en riesgo tu salud"

La advertencia médica reabre el debate sobre el impacto de ciertos nutrientes en la alimentación diaria

Cápsulas de omega-3.

Cápsulas de omega-3.Unsplash

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La confusión entre los ácidos grasos omega-3 y omega-6 podría estar comprometiendo la salud de muchos españoles, según advierte el doctor Manuel Viso, especialista en nutrición. Este experto ha lanzado una alerta sobre cómo la falta de conocimiento con respecto a estos nutrientes esenciales está provocando desequilibrios en nuestra alimentación que podrían tener consecuencias significativas para el organismo, especialmente en el relacionado con procesos inflamatorios y salud cardiovascular.

En la actual sociedad de la información, donde los consejos nutricionales abundan en internet y redes sociales, la población española consume cada vez más suplementos sin la adecuada comprensión de sus funciones. El principal problema, señala, radica que mientras los omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias reconocidas, un exceso de omega-6 -muy presente en la dieta occidental moderna- puede contrarrestar estos beneficios y generar un ambiente proinflamatorio en el organismo.

Los expertos en nutrición coinciden en que el equilibrio ideal entre ambos ácidos grasos se tendría que aproximar a una proporción de 1:4 (omega-3:omega-6), pero en la dieta española actual esta relación puede llegar a ser de 1:20, lo cual explica parte del aumento de enfermedades inflamatorias crónicas observadas en la población.

Qué son los ácidos grasos omega-3 y sus beneficios científicamente probados

Los omega-3 son un tipo de ácidos grasos poliinsaturados que el cuerpo humano no puede sintetizar por sí mismo, por lo cual se tienen que obtener a través de la alimentación o mediante suplementación. Los tres tipos principales son el ALA (ácido alfa-linolénico), que se encuentra principalmente en fuentes vegetales; el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico), presentes, mayoritariamente en pescados grandes y algas.

A nivel cardiovascular, numerosos estudios han confirmado que los omega-3 contribuyen a reducir los niveles de triglicéridos en sangre hasta en un 30% en algunos casos. Además, ayudan a disminuir ligeramente la presión arterial y previenen la formación de coágulos sanguíneos, factores de riesgo significativos para las enfermedades cardiovasculares que afectan a más de 6 millones de españoles.

En el ámbito neurológico, el consumo regular de DHA ha mostrado resultados prometedores en la reducción de síntomas de depresión y ansiedad. Según datos de la Sociedad Española de Neurología, podría también tener efectos positivos en el manejo del TDAH y hasta un papel protector ante el Alzhéimer, enfermedad que afecta actualmente a más de 800.000 personas en España.

Potencial antiinflamatorio y beneficios durante el embarazo

Les propiedades antiinflamatorias de los omega-3 resultan especialmente beneficiosas para los que sufren enfermedades autoinmunes. En patologías como la artritis reumatoide, que afecta aproximadamente al 1% de la población española, estos ácidos grasos han demostrado reducir la rigidez matutina y disminuir la necesidad de medicación antiinflamatoria en algunos pacientes.

Durante el embarazo y la lactancia, el DHA juega un papel fundamental en el desarrollo cerebral y visual del feto y del recién nacido. La Asociación Española de Pediatría recomienda a las embarazadas un consumo mínimo de 200 mg diarios de DHA para garantizar un adecuado desarrollo neurológico infantil, beneficio que se extiende durante la lactancia materna.

En personas mayores de 60 años, los omega-3 contribuyen a prevenir problemas de pérdida de visión como la degeneración macular asociada a la edad, primera causa de ceguera en España en este grupo poblacional. Asimismo, mejoran la sensibilidad en la insulina, lo que ayuda a reducir el riesgo de desarrollar hígado graso no alcohólico, patología que ya afecta a uno de cada cuatro españoles.

Fuentes alimentarias y el desequilibrio con los omega-6

Les principales fuentes de omega-3 incluyen pescados azules como el salmón, la sardina, el atún o las anchoas, recomendándose su consumo al menos dos veces por semana. Para los que siguen dietas vegetarianas o veganas, las semillas de chía y lino, las nueces y las algas representan alternativas válidas, aunque con menor contenido de EPA y DHA y mayor presencia de ALA.

El doctor Aparença señala que "uno de los principales problemas nutricionales actuales es la desproporción entre el consumo de omega-6 y omega-3". Mientras los omega-3 proceden principalmente de pescados y algunas semillas específicas, los omega-6 están presentes en la mayoría de aceites vegetales como el de girasol, maíz o soja, ampliamente utilizados, en la industria alimentaria española.

"Cuando consumimos excesivos omega-6 en relación con los omega-3, creamos un ambiente proinflamatorio en nuestro organismo", explica el especialista. "Este desequilibrio se ha vinculado con más riesgo de enfermedades cardiovasculares, procesos inflamatorios crónicos e incluso algunos tipos de cáncer".

¿Qué diferencia en los omega-3 de los omega-6?

Aunque ambos son ácidos grasos esenciales, sus efectos en el organismo difieren significativamente. Los omega-3 generan compuestos con acción antiinflamatoria como las resolvinas y protectinas, mientras que los omega-6 pueden producir eicosanoides proinflamatorios cuando se consumen en exceso.

Entre los alimentos ricos en omega-6 que abundan en la dieta española actual se encuentran los aceites refinados (girasol, maíz, soja), la mayoría de productos ultraprocesados, snacks, bollería industrial y carnes de animales alimentados con piensos ricos en cereales. Su omnipresencia en la alimentación moderna explica el desequilibrio cada vez mayor entre ambos tipos de ácidos grasos.

Los expertos recomiendan aumentar el consumo de alimentos ricos en omega-3 mientras se reduce la ingesta de productos procesados con alto contenido en omega-6. Una estrategia práctica consiste en sustituir parcialmente el aceite de girasol por aceite de oliva virgen extra en la cocina diaria, ya que este último presenta un perfil de ácidos grasos más equilibrado.

¿Cuándo se recomienda la suplementación con omega-3?

Aunque siempre es preferible obtener los nutrientes a través de alimentos, hay situaciones donde la suplementación con omega-3 puede resultar beneficiosa. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda consultar con profesionales sanitarios antes de iniciar cualquier suplementación, especialmente en casos de embarazo, lactancia o si toman anticoagulantes.

Los suplementos de omega-3 disponibles en farmacias españolas varían considerablemente en su calidad y concentración. Los expertos recomiendan elegir aquellos que especifiquen claramente la cantidad exacta de EPA y DHA por dosis, preferiblemente en forma de triglicéridos y no de ésteres etílicos, ya que los primeros presentan mejor biodisponibilidad.

Para adultos sanos, las dosis recomendadas oscilan entre 250-500 mg diarios de EPA+DHA para mantenimiento, mientras que para efectos terapéuticos en condiciones específicas como hipertrigliceridemia se pueden requerir dosis más elevadas (2-4 gramos diarios) siempre bajo supervisión médica.

El conocimiento preciso sobre las diferencias entre omega-3 y omega-6 resulta fundamental para tomar decisiones nutricionales adecuadas. Mientras el consumo equilibrado de ambos ácidos grasos favorece la salud, su desproporción contribuye al desarrollo de numerosas patologías crónicas que podrían prevenirse con una correcta educación nutricional.

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