La Seguridad Social lo confirma: este es el mejor mes del año para jubilarse y cobrar una mejor pensión
Elegir bien el momento de jubilarse puede aumentar la cuantía final de la pensión

Imagen de archivo de dos pensionistas.
La fecha exacta en la cual una persona decide jubilarse puede tener un impacto significativo en la cuantía final de su pensión. Según datos de la Seguridad Social, no sólo influyen los años cotizados o la edad de jubilación, sino también el mes concreto en que se solicita este derecho. Los expertos señalan que los últimos meses del año, especialmente diciembre, suelen ser más ventajosos para maximizar la cuantía mensual que se percibirá durante toda la etapa de jubilación.
Esta realidad, desconocida para muchos futuros pensionistas, está directamente relacionada con factores como la base reguladora y, muy especialmente, con el comportamiento del Índice de Precios al Consumo (IPC) a lo largo del año. La inflación juega un papel determinante en este cálculo, ya que las bases de cotización de los últimos 25 años se tienen que actualizar según este indicador económico. Un análisis detallado de estos factores puede suponer una diferencia notable en los ingresos mensuales durante toda la jubilación.
A continuación, profundizamos en todos los aspectos que determinan cuál es realmente el mejor momento para jubilarse y como maximizar la pensión que se percibirá durante el resto de la vida.
Factores clave en el cálculo de la pensión de jubilación
Para acceder a una pensión contributiva de jubilación en España, gestionada por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), es necesario cumplir tres requisitos fundamentales: estar dado de alta en la Seguridad Social, tener la edad legal requerida (66 años y 6 meses con menos de 38 años cotizados, o 65 años con más de 38 años de cotización) y acreditar un mínimo de 15 años cotizados, dos de ellos en los últimos periodos previos al hecho causante.
El cálculo de la pensión en el 2024 toma como referencia las bases de cotización de los últimos 25 años (300 meses), dividiéndose entre 350 por obtener la base reguladora. A esta se le aplican unos porcentajes según el tiempo cotizado. Actualmente, se requieren 36 años y 6 meses de cotización para alcanzar el 100% de la base reguladora, un factor determinante para la cuantía final.
El IPC no sólo sirve para actualizar las bases de cotización históricas y calcular así la pensión inicial, sino también para la revalorización anual de las prestaciones ya concedidas. Por eso, jubilarse en un momento con un IPC favorable puede resultar ventajoso a largo plazo.
Otro elemento a considerar son los coeficientes reductores aplicados en caso de jubilación anticipada. Estos penalizan la cuantía final en función de cuántos meses se adelante la jubilación con respecto a la edad legal. Por lo tanto, prolongar la vida laboral hasta finales de año podría evitar estas penalizaciones y redundar en una pensión más elevada.
¿Por qué diciembre suele ser el mes óptimo para jubilarse?
El momento del año en que se solicita la jubilación puede marcar una diferencia significativa en la cuantía final. Eso se debe principalmente a que las bases de cotización se tienen que actualizar conforme al IPC, y este indicador tiende a mostrar valores más elevados durante la segunda mitad del año, con picos habituales en noviembre y en diciembre.
En términos prácticos, cuando el IPC es más alto, la actualización de las bases de cotización resulta más favorable, lo cual se traduce directamente en una pensión inicial más elevada. La Seguridad Social reconoce esta realidad y por eso recomienda solicitar la jubilación entre julio y diciembre, siendo los últimos meses del año particularmente beneficiosos.
Un caso ilustrativo: dos personas con idéntico historial laboral, mismos años cotizados y misma edad pueden recibir pensiones diferentes simplemente por haberse jubilado en momentos diferentes del año. Quien lo haga en diciembre podría percibir una cuantía notablemente superior a quien lo hizo en enero, gracias al efecto acumulado del IPC a lo largo del año.
Ventajas adicionales de jubilarse a final de año
Los que formalizan su jubilación en diciembre obtienen un beneficio adicional: su pensión se verá revalorizada ya en enero del año siguiente. Eso significa que apenas unas semanas después de empezar a cobrar la prestación, esta no experimentará un incremento conforme a la actualización anual que aplica la Seguridad Social.
Este fenómeno resulta especialmente ventajoso en contextos inflacionarios, ya que el IPC elevado que benefició el cálculo inicial de la pensión también determinará un porcentaje mayor de revalorización para el año siguiente. Es, por lo tanto, una doble ventaja que puede marcar diferencias significativas a largo plazo.
No obstante, conviene recordar que la decisión sobre cuándo jubilarse tiene que prever circunstancias personales y profesionales que van más allá del mero cálculo económico. Factores como la salud, proyectos personales o situaciones familiares pueden ser igualmente determinantes en esta importante decisión vital.
¿Es mejor jubilarse el 31 de diciembre o esperar el 1 de enero?
Esta es una pregunta frecuente entre los que están próximos a la jubilación. La evidencia sugiere que, en términos generales, el 31 de diciembre suele ser más ventajoso que el 1 de enero por dos motivos principales: se aprovecha el IPC acumulado durante todo el año anterior y, además, la pensión resultante se beneficiará de la revalorización anual apenas unos días después.
Sin embargo, cada caso se tiene que analizar individualmente. En situaciones excepcionales, como cambios normativos previstos para el año entrante que pudieran resultar beneficiosos, o en años con inflación atípicamente baja, esta recomendación general podría no ser la más adecuada.
La Seguridad Social ofrece herramientas para que los ciudadanos puedan realizar estos cálculos con tiempo: un simulador online para calcular la futura pensión y la posibilidad de solicitar cita previa a cualquier oficina para recibir asesoramiento personalizado sobre el caso particular.
El papel del IPC en la revalorización de las pensiones
El Índice de Precios al Consumo no sólo influye en el cálculo inicial de la pensión, sino que constituye el principal indicador para su revalorización anual. Desde la reforma de 2022, las pensiones se actualizan cada enero conforme al IPC medio del año anterior, garantizando así el mantenimiento del poder adquisitivo de los jubilados.
Esta vinculación en el IPC explica por qué jubilarse en diciembre puede resultar doblemente ventajoso: se aprovecha un IPC habitualmente más alto para el cálculo inicial y, apenas unas semanas después, la pensión ya no se beneficia de la revalorización anual correspondiente al nuevo ejercicio.
No obstante, es importante señalar que el sistema español establece límites máximos en las pensiones (tope máximo de 3.175,04 euros mensuales en el 2024), por lo cual personas con bases de cotización muy elevadas podrían no beneficiarse completamente de estas estrategias de optimización temporal.
¿Qué factores adicionales se tienen que considerar antes de escoger la fecha de jubilación?
Aunque el momento del año es relevante, existen otros factores que pueden tener un impacto incluso mayor en la cuantía final de la pensión:
- Prolongación de la vida laboral: Cada año adicional de trabajo después de la edad legal puede incrementar significativamente la pensión, no sólo para aumentar el periodo de cotización sino para los incentivos específicos que establece la normativa.
- Bases de cotización de los últimos años: Dado que se consideran los últimos 25 años, mejorar las bases de cotización en los periodos finales puede resultar muy beneficioso.
- Cambios normativos previstos: Estar atento a posibles modificaciones legislativas que puedan afectar al cálculo de las pensiones es fundamental para tomar decisiones informadas.
- Situación fiscal personal: El momento de jubilación también puede tener implicaciones fiscales que conviene valorar en el contexto de la planificación financiera global.
¿Cómo calcular con precisión mi futura pensión?
La Seguridad Social pone a disposición de los ciudadanos varias herramientas para calcular la futura pensión. El simulador online permite realizar cálculos aproximados introduciendo datos sobre la vida laboral, mientras que la consulta presencial en las oficinas del INSS ofrece un análisis más detallado y personalizado.
Es recomendable realizar estas consultas con bastante antelación, idealmente entre uno y dos años antes de la fecha prevista para la jubilación. Eso permitirá planificar adecuadamente y, si fuera necesario, tomar medidas para optimizar la futura prestación, como completar periodos de cotización o mejorar las bases de los últimos años.
El momento de jubilarse constituye una de las decisiones financieras más importantes de la vida. Comprender cómo influye el mes escogido en la cuantía final de la pensión puede suponer una diferencia significativa en los ingresos durante toda la etapa de jubilación, especialmente considerando que esta puede extenderse durante décadas.