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Estos son los productos más robados en supermercados y tiendas durante el verano

Los hurtos suben un 26% durante la temporada estival 

Imagen de archivo de un supermercado.

Imagen de archivo de un supermercado.Unsplash

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El verano se ha consolidado como la temporada más crítica para la seguridad en los establecimientos comerciales españoles, concentrando uno de cada cuatro hurtos en supermercados y grandes superficies. Según revela el Barómetro del Hurto en la Distribución Comercial 2024, elaborado por Nielsen en colaboración con Aecoc, la época estival registra el 26% de los incidentes de hurto anual, contribuyendo significativamente a unas pérdidas que alcanzan los 1.856 millones de euros para el sector del gran consumo.

El informe, que analiza detalladamente los patrones de hurto en diferentes categorías de productos, señala que los artículos de alimentación y bebidas lideran indiscutiblemente el ranking con un 43% del total de la pérdida desconocida durante los meses de verano. Entre los productos más codiciados por los amigos de lo ajeno destacan vinos, licores, embutidos, conservas ahumadas y aceites, cuya sustracción mantiene niveles similares o incluso superiores a los registrados en 2023, según confirman la mayoría de empresas del sector consultadas.

El panorama resulta especialmente preocupante para los comerciantes cuando se observa que más de la mitad de estos hurtos son perpetrados por bandas organizadas, mientras que dos tercios corresponden a personas multirreincidentes, individuos que han sido sancionados por cometer tres o más robos al año. Las cifras revelan una realidad alarmante: durante 2023, cada cadena de distribución sufrió una media de casi 16.000 hurtos externos, con un valor medio por incidente de 80,5 euros.

Categorías más afectadas por los hurtos en verano

Tras la alimentación, los artículos de cuidado personal, belleza y farmacia ocupan el segundo lugar en el ranking de productos más sustraídos durante la temporada estival, representando el 31% del total de hurtos. Las cremas faciales encabezan este apartado, seguidas muy de cerca por champús, tintes para el cabello y cuchillas de afeitar, todos ellos con una tendencia al alza respecto al año anterior. La combinación de su reducido tamaño, elevado precio y fácil reventa convierte estos productos en objetivos prioritarios para los ladrones.

En el sector de bricolaje y hogar, las pilas y baterías se posicionan como el producto más codiciado, siendo señaladas por el 83% de las empresas especializadas en esta categoría. La explicación resulta sencilla: son artículos de pequeñas dimensiones pero con un precio relativamente alto en relación a su tamaño, lo que facilita su ocultación y posterior venta en mercados paralelos.

El ámbito de la electrónica tampoco escapa a esta problemática, con los smartphones liderando la lista de dispositivos más hurtados, seguidos por auriculares y videojuegos. Los informes del sector apuntan a un incremento generalizado de estos incidentes, que suelen implicar un mayor valor económico por cada unidad sustraída en comparación con otras categorías de productos.

El sector textil y el riesgo creciente de las bandas organizadas

Aunque con un impacto menos significativo, representando un 5% de la pérdida estival, el sector textil también sufre importantes hurtos, principalmente centrados en calzado, camisetas, pantalones, camisas, vestidos y prendas deportivas. Según los expertos, el robo de estos artículos suele responder a patrones diferentes respecto a otros sectores como la alimentación, ya que en muchos casos se trata de hurtos más selectivos y orientados a marcas específicas.

Alejandro López, responsable de Prevención de Pérdida en Aecoc, ha destacado en sus declaraciones que "más de la mitad de los hurtos externos son obra de bandas organizadas y dos de cada tres corresponden a personas multirreincidentes". Esta profesionalización del hurto supone un desafío adicional para los sistemas de seguridad de los establecimientos comerciales españoles, que deben hacer frente a técnicas cada vez más sofisticadas.

Las cifras globales resultan especialmente preocupantes: durante 2023, cada cadena de distribución en España sufrió una media de casi 16.000 hurtos externos, con un valor medio por incidente que ascendió a 80,5 euros. Esto supone un impacto económico considerable que termina repercutiendo en los precios finales que pagan los consumidores, además de generar costes adicionales en medidas de seguridad.

Impacto económico del hurto en el comercio español

El coste total de los hurtos para el sector del gran consumo en España alcanza los 1.856 millones de euros anuales, una cifra que representa aproximadamente el 0,8% de la facturación total del sector. Este porcentaje, aparentemente pequeño, supone un importante lastre para los márgenes de beneficio de las empresas, especialmente en un contexto de alta competitividad como el actual.

Las empresas de distribución se ven obligadas a incrementar sus inversiones en sistemas de seguridad, tanto tecnológicos como humanos, para hacer frente a esta problemática. Cámaras de vigilancia, etiquetas antihurto, arcos de seguridad y personal especializado son algunas de las medidas que implementan los comercios para reducir estas pérdidas, lo que supone un sobrecoste significativo que termina reflejándose en los precios finales.

Estrategias de prevención frente al hurto comercial

Ante el aumento constante de los hurtos, especialmente durante los meses de verano, los expertos recomiendan diversas estrategias para minimizar su impacto. Una de las más efectivas consiste en la ubicación estratégica de los productos más susceptibles de ser robados, situándolos en zonas de alta visibilidad o con sistemas específicos de protección.

La formación del personal también juega un papel fundamental, capacitando a los empleados para detectar comportamientos sospechosos y actuar según protocolos establecidos. Asimismo, la colaboración entre diferentes establecimientos y con las fuerzas de seguridad resulta esencial para identificar a los grupos organizados que operan de forma sistemática en diversas zonas comerciales.

La tecnología ofrece soluciones cada vez más avanzadas, desde sistemas de videovigilancia con inteligencia artificial capaces de detectar patrones de comportamiento anómalos, hasta dispositivos de alarma específicos para productos de alto valor. Estas innovaciones permiten reducir las pérdidas sin perjudicar la experiencia de compra de los clientes legítimos, un equilibrio fundamental para mantener la competitividad del negocio.

¿Cómo afecta la estacionalidad al patrón de hurtos?

El hecho de que el verano concentre el 26% de los hurtos anuales no es casual. Diversos factores contribuyen a este incremento estacional, entre ellos el aumento del turismo, especialmente en zonas costeras, que proporciona un entorno de mayor anonimato para los ladrones. Además, la afluencia masiva de clientes dificulta la labor de vigilancia del personal de seguridad, creando más oportunidades para el hurto.

Los horarios ampliados de muchos establecimientos durante la temporada estival también juegan un papel relevante, ya que en las horas de menor afluencia pero con las tiendas aún abiertas, se producen situaciones propicias para los hurtos. Por otro lado, la presencia de personal eventual menos formado en detección de hurtos puede ser aprovechada por los ladrones más experimentados.

Los expertos en seguridad comercial recomiendan reforzar las medidas preventivas durante estos meses críticos, adaptando los protocolos y recursos a las particularidades de la temporada. La anticipación y la planificación resultan fundamentales para minimizar el impacto económico de este fenómeno que, año tras año, supone un importante desafío para el sector de la distribución en España.

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