SALUD
La depresión en menores, al alza: el Sant Joan de Déu ha atendido en Lleida en lo que va de año 275 casos, cifra que supera la de todo 2024
Autolesiones e intentos autolíticos, principales motivos de ingreso hospitalario

La Unitat de Referència Psiquiàtrica Infantojuvenil del Hospital Santa Maria de Lleida cumple 25 años. - JORDI ECHEVARRIA
La depresión ya no es solo una enfermedad de adultos. En lo que va de año, un total de 275 menores han sido atendidos por trastorno depresivo en el Àrea de Salut Mental Infantil i Juvenil del Hospital Sant Joan de Déu Terres de Lleida, que cuenta con el Centre de Salut Mental Infantil i Juvenil de Lleida y consultas periféricas en Balaguer, Mollerussa, Tàrrega y Cervera. Pese a que todavía quedan dos meses y medio para cerrar el año, la cifra ya supera los casos de todo 2024 (265) y 2023 (247). Asimismo, el Hospital de Dia (HDIJ) del centro, que se reserva para los casos de mayor gravedad, ha atendido este 2025 a 56 pacientes. En 2024 fueron 57 y en 2023, 43.
Los datos se dan a conocer en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra hoy. Los registros indican que los casos de sintomatología depresiva infantil y adolescente no han hecho más que aumentar durante los últimos años, según apunta la psiquiatra y jefa del Área del Sant Joan de Déu, Vanessa Pera Guardiola. “Los síntomas se desarrollan cada vez más pronto –a partir de los 12 años– y la realidad familiar y social del paciente es muy compleja”, asegura la doctora.
Dispones de ayuda: 024. Línea de atención a la conducta suicida
Las personas que tengan pensamientos suicidas pueden encontrar apoyo y ayuda en los teléfonos 061 y 024
Por su parte, los registros del Hospital Santa Maria de Lleida, cuyas urgencias atienden intentos autolíticos y autolesivos –tanto de menores de edad como de adultos–, indican que el principal motivo de ingreso es la depresión. De momento, este año ha atendido 257 intentos de suicidio, el 11,8% de los cuales de pacientes diagnosticados. Las conductas autolesivas prevalecen entre adolescentes, por delante de los niños más pequeños, y las atenciones suelen estar relacionadas con prácticas derivadas de un malestar emocional, según el doctor Jordi Blanch, director dels Serveis de Salut Mental i Addiccions del Santa Maria.
Aunque los diagnósticos parecen haberse estabilizado en la población adulta, “cada vez necesitamos más camas para atender a adolescentes que se autolesionan para liberar tensiones como una respuesta al sufrimiento”, asegura Blanch. Si hay riesgo de reincidencia, activan el Codi de Risc de Suïcidi (CRS). Cuando el paciente es derivado a casa, se agenda una visita con un psicólogo o psiquiatra antes de 72 horas para controlar el riesgo. Si este persiste, se mantiene el CRS, apunta.
El aumento desenfrenado de los trastornos mentales puede ser consecuencia de las secuelas del coronavirus. “Siempre que hay algún tipo de crisis, el sufrimiento de la población aumenta”, señala Blanch. “Ya ocurrió durante la crisis económica entre 2008 y 2013. El menor nota cuando su entorno se vuelve más exigente, más hostil”. Además, el doctor advierte que un niño con síntomas depresivos puede acabar convirtiéndose en un adulto con diagnóstico firme. “Se puede estabilizar o controlar con medicación, pero es una enfermedad crónica, por lo que el riesgo es permanente y se controla de manera ambulatoria”, concluye.
“Los jóvenes esperan ayuda, no negación”
El doctor leridano Àngel Pedra ejerce de psiquiatra desde 1985, antes de la creación de la URPI, y hoy recuerda “cómo luchamos con mis compañeros por conseguir una reforma psiquiátrica para que fuera comunitaria. Fue una batalla que nos trajo problemas, pero también satisfacciones”, dice, pues lo acabaron consiguiendo. Pedra admite que “hace 25 años, ir al psiquiatra estaba mal visto, se concebía como ‘ir al loquero’.
Por suerte, los medios de comunicación y las campañas solidarias han ayudado a normalizar la salud mental”, también en menores de edad, indica. Pedra insiste en la importancia del apoyo familiar al menor: “No hay que restar importancia cuando se atreven a compartir sus sentimientos. Esperan ayuda, no negación”, explica. Asimismo, es importante abordar el suicidio abiertamente y trabajar el duelo. En cuanto a los futuros retos de la disciplina, el psiquiatra alerta del auge del autodiagnóstico mediante chats de IA y defiende la consulta presencial con un profesional. Además, prevé que la depresión y la ansiedad continuarán al alza y reclama prevención e inversión en detección precoz.
La unidad infantil y juvenil del Santa Maria de Lleida cumple 25 años
Este octubre se cumplen 25 años de la creación de la primera Unitat de Referència de Psiquiatria Infantojuvenil (URPI) de Lleida, en el Hospital Santa Maria. Fue la segunda de toda Catalunya, después de la del Hospital Clínic de Barcelona. En sus inicios, estas unidades estaban destinadas, sobre todo, a la atención de trastornos de la conducta alimentaria. Con el tiempo, el perfil de los usuarios cambió y se incrementaron los casos de depresión en adolescentes, intentos de suicidio y autolesiones, así como dependencias y trastornos de conducta. La URPI comenzó en el 2000 con 4 camas para ingresos, que ampliaron en 2012 hasta la docena existentes hoy en día.

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