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El legado del maestro pesebrista: el santuario de Sant Ramon muestra 34 dioramas del artista Anton Martí

Con escenas ambientadas en distintos parajes de toda Catalunya, muchos de ellos del Pirineo

Detall d’un dels seus diorames inspirats en Durro fet minuciosament. - C. MARSIÑACH

Detall d’un dels seus diorames inspirats en Durro fet minuciosament. - C. MARSIÑACH

Carmina Marsiñach
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SEGARRA

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El santuario de Sant Ramon acoge desde hace cuatro años una exposición excepcional: una colección de 34 dioramas de Anton Martí hechos entre 1983 y 2017 que representan diferentes escenas del pesebre ambientadas en localizaciones de toda Catalunya, desde paisajes de los Pirineos a sitios tan emblemáticos como Montserrat, Durro, Espui, Castellfollit de la Roca o plazas y calles de Barcelona. El artista de Sant Feliu de Llobregat, de 94 años, se apasionó por este mundo desde pequeño ayudando a su madre a hacer el pesebre por Navidad, y a partir de ahí se interesó por nuevas técnicas que aprendió visitando pesebres en Barcelona. “Con mi madre lo hacíamos con corcho y con musgos, y yo empecé a hacerlo con yeso”, recuerda Martí.

Martí era herrero de profesión, pero sin duda los pesebres han sido su gran afición a lo largo de su vida. Él y su esposa Teresa, que falleció en 2020, eran unos enamorados de los Pirineos, un paisaje que le sirvió de fuente de inspiración para sus construcciones. De hecho, su mujer le ayudó y le apoyó siempre con la confección de cortinas, sábanas y todo tipo de piezas de tela para los pesebres. “Nos lo pasábamos muy bien, la echo mucho de menos”, explica emocionado. En 1952, junto a un grupo de amigos, retomaron las exposiciones de pesebres en Sant Feliu de Llobregat que a día de hoy aún perduran.

Anton Martí de 94 anys va visitar de nou la seua exposició de diorames aquest octubre. - C. MARSIÑACH

Anton Martí de 94 anys va visitar de nou la seua exposició de diorames aquest octubre. - C. MARSIÑACH

Cada uno de sus dioramas le llevaba un año de trabajo que hacía durante su tiempo libre y los completaba con figuras de los Germans Castells. Ahora la vista ya no le permite hacer nuevas creaciones. La ilusión de Martí era que todas sus obras se pudieran visitar en un mismo espacio: “Yo me iré, pero los pesebres se quedarán aquí”, dice. Su hijo, Joan Martí, contactó con el Museu de Lleida después del traslado de las obras de Sijena por si podría ser de su interés, pero finalmente, a través de Jordi Curcó, presidente de la Agrupació Ilerdenca de Pessebristes, se pusieron en contacto con el santuario de Sant Ramon.

Francisco Marín, sacerdote superior del santuario, asegura que tener los dioramas expuestos en el claustro superior “es un regalo (...), están hechos con mucha maestría”. Agradeció a la familia su generosidad por ceder “este patrimonio artístico que no se puede comprar con dinero”. Precisamente esta exposición es un reclamo para muchos de los visitantes del monasterio. Por ello, están buscando financiación para instalar un ascensor y hacer que el espacio sea más accesible.

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