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ENTREVISTA

Naila Martínez, experta en nutrición pediátrica: «tomar una bebida energética equivale a cuatro cafés»

Naila Martínez es dietista - nutricionista de Pediàtrics Lleida

Naila Martínez - PEDIATRICS LLEIDA

Naila Martínez - PEDIATRICS LLEIDA

Publicado por
Sergi Caufapé

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¿Resulta aconsejable que los niños y adolescentes consuman bebidas energéticas?

En absoluto. Hay que tener en cuenta que cada lata de estas bebidas, que suelen ser más grandes que las de refrescos, equivale a unos cuatro cafés. Además, contienen alrededor de 55 gramos de azúcar, cuando lo recomendable para un niño de entre 12 y 18 años es un máximo de 10 a 15 gramos. Este consumo de azúcar líquido puede acabar provocando resistencia a la insulina y derivar en una diabetes de tipo 2. También favorece la aparición de caries y obesidad si los niños no practican actividad física. Estos productos suelen ir acompañados de otros que tampoco son recomendables, como los ultraprocesados, que aportan únicamente calorías vacías.

¿Estos efectos se limitan a problemas físicos?

No. El exceso de cafeína puede provocar problemas de insomnio, que a su vez se traducen en irritabilidad e incluso en un mayor deseo de consumir calorías vacías. Es un círculo vicioso. Además, a partir de la adolescencia, la combinación con el consumo de alcohol puede llegar a causar arritmias.

Y no hablemos de otras drogas...

Claro. Suelen consumirse junto con otras sustancias, e incluso se han registrado actos de vandalismo relacionados con la falta de sueño. Hablamos de adolescentes que atraviesan un momento crucial de su vida, y lo último que necesitan es recurrir a este tipo de estimulantes.

Y entonces, ¿por qué las toman?

Por la presión social y por la fuerte presencia de las marcas en la publicidad. Además, las consumen youtubers o referentes deportivos. Dudo que lo que bebe Marc Márquez de esas latas después de una carrera de MotoGP sea realmente una bebida energética. Las marcas están muy presentes en eventos de deportes de riesgo o de motor, que son precisamente los que más atraen a los adolescentes.

¿Qué pueden hacer los padres si saben que sus hijos las consumen o que sus amigos podrían ofrecérselas?

Estamos hablando de un segmento de la población que atraviesa una etapa en la que lo prohibido resulta especialmente atractivo. A menudo, ese consumo responde al deseo de ser aceptado dentro del grupo o de experimentar algo nuevo. Los padres deben ser conscientes de la existencia de estas bebidas y de lo accesibles que resultan, tanto en redes sociales como en tiendas o locales de ocio.

Entonces, ¿no aportan ningún valor nutricional?

Ninguno.

¿Cuál es la alternativa entonces?

El agua. No existe nada que sea tan sano.

Si es un producto nocivo, ¿por qué no está prohibido?

Está claro que es necesario limitar el acceso de niños y adolescentes a estas bebidas. Las asociaciones de pediatras lo vienen reclamando desde hace tiempo. Algunas comunidades ya han dado el paso, pero en Catalunya no consta que se esté trabajando en esa dirección.

En Catalunya no existe una ley que regule su venta a menores de edad

En Catalunya no existe una normativa específica que regule las bebidas energéticas. La legislación actual se limita a dos aspectos principales: el etiquetado y la fiscalidad. Por un lado, la normativa europea obliga a que cualquier bebida con más de 150 miligramos de cafeína por litro incluya el aviso: “Alto contenido en cafeína. No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en periodo de lactancia”. Por otro, la Generalitat las incluye dentro del impuesto sobre las bebidas azucaradas envasadas, de la Ley 5/2017, por su alto contenido en azúcar y estimulantes. Más allá de eso, no hay una regulación autonómica que limite su venta, consumo o publicidad. Esto significa que, a diferencia del alcohol o el tabaco, las bebidas energéticas pueden venderse legalmente a menores. Tampoco existe una prohibición general de distribuirlas en centros escolares o deportivos, aunque muchas escuelas y ayuntamientos optan por vetarlas por decisión propia.

La mitad de los estudiantes las han consumido

Casi la mitad de los estudiantes de entre 14 y 18 años ha consumido este tipo de bebidas en los últimos 30 días, siendo más frecuente entre los chicos (54,4%) que entre las chicas (40,7%), según la última encuesta sobre el uso de drogas en enseñanzas secundarias en España. También se observa que quienes las consumen presentan calificaciones más bajas, mayor repetición de cursos y más ausencias escolares que aquellos que no las toman. Estas diferencias son aún más acusadas en los estudiantes que mezclan bebidas energéticas con alcohol. En estos casos, los especialistas alertan de un mayor riesgo de accidentes, ya que la cafeína enmascara los efectos del alcohol.

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