En lo oscuro, la familia lo es todo

Conrad Harrigan (Pierce Brosnan) y Harry Da Souza (Tom Hardy). - SKYSHOWTIME
Inicialmente concebido como precuela de Ray Donovan (2013), serie protagonizada por Liev Schreiber en la que hacía de solucionador de problemas para las familias más poderosas de Los Ángeles, este drama criminal creado por Ronan Bennett (Top Boy, Chacal) intercambia ricos por gánsteres y añade un reparto plagado de estrellas como Tom Hardy (Origen, Locke), Pierce Brosnan (El mundo nunca es suficiente, El secreto de Thomas Crown), Helen Mirren (The Queen, Gosford Park) y Paddy Considine (Dead Man’s Shoes, Bienvenidos al fin del mundo). Ambientada en las calles de Londres, la trama sigue a los Harrigan, una familia mafiosa liderada con mano de hierro por Conrad (Brosnan) y su esposa Maeve (Mirren), quienes cuentan además con la inestimable ayuda de su particular solucionador, Harry Da Souza (Hardy). Todo está en orden –al menos todo lo en orden que puede estar para un clan de esta naturaleza– hasta que el nieto de Conrad, Eddie (Anson Boon), se ve envuelto en una pelea con el cabecilla de la familia rival, Richie Stevenson (Geoff Bell). Como cabe presuponer, esta cinta de 10 episodios codirigida por Guy Ritchie (Sherlock Holmes, Lock & Stock), Anthony Byrne (Nueve perfectos extraños, No digas nada), Lawrence Gough (Gatecrash, Marú) y Daniel Syrkin (Teherán, Lemarit Ain) gira en torno a la cruenta guerra que se desata tras dicho incidente. Pero, con excepción de la intriga que suscita el dilema interno de Da Souza sobre su lealtad hacia los Conrad, el show se limita a ser una sucesión de clichés con un guion que tampoco destaca por su originalidad –la historia de Los caballeros (2024), también dirigida por Ritchie y disponible en Netflix, recuerda demasiado a esta–. Eso sí, la carencia de innovación queda sobradamente compensada con las interpretaciones de sus protagonistas y la atmósfera que les rodea –al menos para quienes gocen de una ambientación muy, muy oscura–. Más dirigida a un público que busca una estilizada narrativa de delincuentes que no para aquellos que persiguen grandes escenas de acción –que las hay, pero a escala global lo violento es mayoritariamente verbal–, Tierra de mafiosos es un producto que funciona solo gracias a la fuerza en pantalla que transmite su elenco. A la espera de su conclusión, prevista para el próximo 4 de agosto, los inesperados giros de guion que ya han hecho acto de presencia nos dan sobrados motivos para ser optimistas.