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TRIBUNALES

Los conductores del último accidente mortal de la N-240 admiten que corrían demasiado

La familia de la víctima dice que hacían carreras, ellos lo niegan y 40 personas exigen penas más duras

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Los dos conductores que causaron el último accidente mortal de la polémica carretera N-240, en el que perdió la vida una joven de 27 años de Les Borges Blanques en octubre del año pasado, admitieron este lunes ante el juez que los investiga por un delito de homicidio imprudente que iban más rápido de lo permitido pero negaron que fueran a 140 kilómetros por hora, como afirman diversos testigos.

Ocupantes de otros vehículos que circulaban a esa hora por el tramo del accidente, que este lunes declararon como testigos, afirmaron que los coches conducidos por los investigados circulaban a la citada velocidad de 140 km/h. El atestado de los Mossos d’Esquadra, como avanzó este periódico en marzo, determinó que los vehículos iban a una velocidad de entre 128 y 159 km/h, cuando el límite de la carretera es de 90 km/h, y que uno de los coches hizo un adelantamiento imprudente e invadió el sentido contrario.

Los dos conductores, un hombre y una mujer de nacionalidad rumana, negaron que estuvieran haciendo una carrera y que uno de los dos coches llevara las luces apagadas, como sostiene la familia, representada por el letrado Josep Maria Peiró. Tanto el atestado policial como testigos han asegurado que los dos coches iban haciendo un “juego de adelantamientos y frenadas” en los instantes previos al siniestro.

El abogado del conductor investigado, Joan Argilés, aseguró que “ambos niegan rotundamente que hicieran una carrera y dicen que, a raíz de una frenada en seco del primer conductor, ambos coches chocaron y como consecuencia de ello uno impactó contra el coche de la víctima”. Por su parte, Peiró aseguró que “ambos han incurrido en contradicciones y se culpan mutuamente del accidente”.

Conductores que los vieron calculan que iban a unos 140 km/h y que hacían una especie de “juego”

Con motivo de la declaración judicial de los dos conductores investigados, unas 40 personas, entre las que había los padres, otros familiares y amigos de la víctima, se concentraron este lunes en el Canyeret para reclamar justicia y un endurecimiento de las penas para los delitos de tráfico. “No fue un accidente, fue un asesinato. Son inhumanos”, aseguró el padre de la fallecida, Carlos Soria, visiblemente emocionado.

Cabe recordar que ni los dos conductores investigados ni los otros tres ocupantes de sus vehículos avisaron de que había un tercer coche implicado (un bombero lo descubrió 45 minutos después). Los concentrados este lunes en el Canyeret también reclamaron el desdoblamiento de la polémica carretera entre Lleida y Les Borges. El alcalde de esta última localidad, Enric Mir, participó en la concentración.

Uno de los investigados.

Uno de los investigados.MAGDALENA ALTISENT

Uno de los investigados.

Uno de los investigados.MAGDALENA ALTISENT

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