Turismo en la víspera de Reyes

La celebración de Reyes es festivo en el calendario pero suele ser flojo para el turismo en el Pirineo leridano. Sin embargo, siguen acudiendo esquiadores a las pistas, mientras que otros viajan a las comarcas de montaña en busca de paisajes, patrimonio histórico y tranquilidad sin calzarse unos esquíes. Visitantes de un solo día conviven con quienes pasan las fiestas en su segunda residencia.

Para Santiago Rapallo y su familia, descubrir Boí Taüll esta semana ha sido una afortunada casualidad. Habían reservado sus vacaciones en Astún (Jaca), donde apenas hay nieve, y su agencia de viajes les ofreció como alternativa las pistas de la Ribagorça. “Nos ha gustado, es una buena estación sobre todo para iniciarse en el esquí”, valora la familia, procedente de Albacete y conocedora también de otras estaciones como Port Ainé. Fuentes de la estación apuntaron que en esta campaña navideña han recibido numerosos visitantes “derivados” por agencias al no haber nieve en las estaciones donde habían reservado su estancia. Es algo que también ha constatado FGC en el caso de Port Ainé y Espot.

“Locos de la nieve”, tal como se define Uwe Von Riegen, de origen alemán y residente en Tarragona, compartían ayer las pistas de Boí Taüll con esquiadores locales como Fernando Figuera, que aprovechó la menor afluencia de público para ir a esquiar con su hija Martina. A pocos metros de allí, Gerard Balcells, vecino de Sant Martí de Maldà, desciende sobre unos esquís por primera vez en años antes de regresar para prepararse para la llegada de los Reyes Magos.

Lejos de las pistas, en el pueblo de Barruera, Pau Alonso admira el campanario de Sant Climent mientras su perra corretea por los alrededores. Han venido desde Lleida para “escapar de la niebla” de los últimos días a base de ganar altura conduciendo hacia el Pirineo.

“No hay que preocuparse de si harán falta cadenas” Las temperaturas suaves tienen una cara y una cruz para el turismo de invierno en el Pirineo. El calor impide fabricar nieve artificial cuando las estaciones tienen todavía muchas pistas cerradas; pero también invita a muchos a salir de sus casas. “El buen tiempo ha ayudado a unos buenos resultados”, valoran en Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), propietaria de Port Ainé y Espot Esquí. “La gente no tiene que preocuparse de si necesitará cadenas para circular, ni tampoco de si el mal tiempo obligará a cerrar pistas”. Esto no había sucedido hasta ayer, cuando el viento obligó a clausurar casi todos los remontes de Boí Taüll a mediodía y otros cuatro en Port Ainé.