Las casas turísticas inician su entrada en la bolsa de alquiler
El ayuntamiento logra movilizar vivienda tras un exhaustivo análisis del parque en sus 9 núcleos. Prepara una norma para reducir más de 300 HUT

En Barruera hay una HUT por cada dos viviendas principales.
“Teníamos un problema: las empresas necesitan profesionales y los profesionales, vivienda”. Así describe la alcaldesa de La Vall de Boí, Sònia Bruguera, el paradójico contexto que se daba en el municipio: en un lugar con 1,85 viviendas por habitante resultaba difícil establecerse y prácticamente imposible hacerlo bajo la modalidad del alquiler.
Eso llevó al ayuntamiento a poner en marcha un exhaustivo barrido del parque inmobiliario que reveló, entre otros datos relevantes, que casi seis de cada siete viviendas (85,2%) no eran utilizadas como primera residencia, un uso que únicamente se le dada a 780.
A eso se le añadía una oferta desmesuradamente elevada de HUT (vivienda de uso turístico) que alcanzaba los 422 pisos y casas, aunque solo 302 de ellos se consideraban “en uso”. “Eso representa una elevada presencia del alquiler turístico”, señala el censo.
Paralelamente, las segundas residencias de bajo uso presentaban un peso similar ya que sumaban 401.
Así, la suma de las inmuebles con papeles para ser explotados como HUT y las casas y apartamentos de fin de semana que apenas se utilizan suponen un parque superior al de las viviendas principales. Las HUT llegan a quintuplicar con creces a las viviendas principales en el Pla de l’Ermita (232 por 43) y a cuadruplicarlas de paso en Erill la Vall (7 por 31) y equivalen a la mitad en Barruera (47 por 94), Durro (18 por 33) Boí (40 por 60) y Taüll (67 por 120).
Por el contrario, las viviendas alquiladas para todo el año sumaban 104 y las vacías, tan solo 63.
“Al detectar eso, decretamos una moratoria”, explicó la semana pasada Bruguera en el Congrés Català de Repoblament celebrado en Sort. Con el censo, añadió, “supimos que tenemos que reducir las HUT y que hemos de hacer que salgan al mercado del alquiler residencial las segundas residencias de poco uso”.
Tanto una cosa como otra han comenzado a cambiar en La Vall de Boí, donde, salvo sorpresa, el pleno del ayuntamiento aprobará la próxima semana una ordenanza para regular las HUT. “Tenemos que reducirlas en un 70% para cumplir la normativa de la Generalitat”, explicó Cristian Mora, técnico de Reto Demográfico del consistorio incorporado tras un acuerdo con la Diputación de Lleida y autor del censo.
“Sabíamos lo que pasaba, pero no teníamos datos. Ahora, con este diagnóstico, tenemos los datos y podemos empezar a actuar”, indica el técnico. “A partir de ahí comenzamos a hacer propuestas para revertir la situacion”, añade.
Entre las actuaciones emprendidas por el consistorio en materia de vivienda destacan las conversaciones con seis familias propietarias de segundas viviendas de bajo uso, que las han incorporado a la bolsa comarcal de vivienda de alquiler del asequible; la rehabilitación de la antigua Casa del Médico de Durro para acoger un piso de arriendo y, también, la puesta en marcha de un punto de información sobre esa materia en el mismo ayuntamiento.
Mora llama la atención sobre una de las paradojas inmobiliarias del valle: “antes se pensaba en el turismo, en que viniera mucha gente, y por eso se construían viviendas pequeñas. La paradoja es que ahora falta gente para vivir en los pueblos”. En más de diez años prácticamente no se ha construido ninguna casa en el municipio.