Catalunya recibirá unos 200 colombianos que deben dejar Andorra por “irregularidades” en el reagrupamiento
La causa, lo que el Principado considera “irregularidades” en el reagrupamiento || El ayuntamiento de la Seu d'Urgell teme que la capital se convierta en ciudad dormitorio

La familia, ayer en su piso de la Seu con su perro Naya, traído desde Colombia.
Cerca de 200 ciudadanos colombianos deberán abandonar Andorra por irregularidades en el reagrupamiento familiar. Para obtener este reconocimiento se requiere un año de residencia legal en una vivienda adecuada, seguro y certificado médico, documentos justificativos de identidad e ingresos mensuales suficientes según el número de familiares, que van de 2.460 euros a 4.920. Esta situación está afectando también a peruanos y argentinos y, por lo general, buscan en España la solución más viable para residir, ya que se trata de un país más permisivo. La mayoría decide instalarse en La Seu o pueblos del Alt Urgell cercanos a la frontera.
El ayuntamiento de La Seu teme que esta situación convierta el municipio “en una ciudad dormitorio”. El alcalde, Joan Barrera, mostró su preocupación por la llegada de ciudadanos que se ven expulsados del Principat “a causa de dificultades para reagrupar familiares y otras situaciones irregulares”. También los que “no pueden afrontar el precio de la vivienda en Andorra”. Indicó que “no hemos detectado una masificación pero estamos preocupados”, al tiempo que criticó la situación en la que se ve inmerso el municipio y aseguró que “llevamos meses trabajando con la Generalitat y la embajada española en Andorra para encontrar una solución”. La llegada de tantos residentes “repercute negativamente en los servicios”.
En primera persona
Una familia de origen colombiano y residente en La Seu aseguró a SEGRE que “nos vendieron que en Andorra había mucho trabajo y daban facilidades y ha sido un caos”. El padre, que prefiere mantener el anonimato, explica que llegó a Andorra hace cuatro años y durante tres residió en el Principat, hasta que “me pedían que justificara 2.890 euros (de ingresos) y luego lo cambiaron a 3.740 euros mensuales demostrables durante un año para poder traer a mi mujer y a mi hijo de 12 años”. Trabaja en el sector de la hostelería y afirma que “es imposible ganar tal cantidad”. Cuando llegó a Andorra, cobraba 1.370 euros al mes y pagaba 800 de alquiler por una cama en una habitación compartida con 11 personas. Se ha sentido “humillado y discriminado” pero en La Seu agradece “la gran hospitalidad”.