La planta de biometano de Alcarràs consigue el visto bueno ambiental

La conselleria de Territorio de la Generalitat ha dado el visto bueno ambiental al cambio de actividad de la planta de tratamiento de deyecciones ganaderas que Desimpacte de Purins, una filial de la multinacional portuguesa Cap Watt, gestionaba en Alcarràs.

La factoría se había dedicado al compostaje de purines y estiércoles con el excedente de energía calórica que producía en sus instalaciones de cogeneración. Tenía capacidad para tratar 100.000 toneladas al año de deyecciones y cesó su actividad a finales del año pasado, al vencer el periodo de 25 años de primas a ese tipo de producción del que hasta entonces había dispuesto.

Esa situación generó un conflicto político en el que el Gobierno rechazó las reclamaciones de Junts y ERC para prorrogar esas primas mientras la empresa reconvertía sus instalaciones para dedicarlas a la producción de biometano alegando que la normativa comunitaria y la propia legislación estatal vetan la prolongación de esas ayudas.

Finalmente, la declaración de impacto habilita a Desimpacte para producir biometano tratando 80.000 toneladas anuales de deyecciones de porcino, 40.000 de bovino, 22.000 de gallinaza (residuos de aves) y 10.000 de “otros subproductos y restos del proceso productivo de la industria agroalimentaria”.

El departamento de Territorio ha aprobado esta semana permisos para plantas de tratamiento de purines y estiércoles de hasta 17.500 toneladas al año en Vallfogona de Balaguer, 5.951 en Montgai, 4.817 en La Fuliola y 4.500 en Llívia. La primera y la última de esas autorizaciones son sendas ampliaciones de 10.100 y 3.000 toneladas sobre la capacidad actual.