La Bakanal, el resurgir de Iesso
La fiesta romana en honor a Bacus donde se escoge al César y la Cleopatra del año cumple 30 años. Dos años después de su creación, en 1997 dio paso al inicio del Mercat Romà

Los impulsores de la Bakanal a grito de ‘Ave Iesso!’ en la Font de l’Estany recordando los inicios. - X.SANTESMASSES
Con la Bakanal empezó todo. Hace 30 años que un grupo de jóvenes creó esta fiesta de donde nació el Mercat Romà de Guissona dos años después. Según Miquel Parramon, uno de sus impulsores, en 1991 todo comenzó a raíz de una fiesta de amigos en la masía Mascó de Torrefeta i Florejacs, la ‘Mascó Gresca’. A partir de ahí empezaron a abrirla a más gente, y cada año con un eje temático diferente, como los pitufos o el trópico, hasta que en 1995 trasladaron la fiesta a la Font de l’Estany, en esta ocasión con temática romana. Parramon reconoce que la idea de hacer una Bakanal surgió una noche a las 4 de la madrugada en el Pub Chaplin de Guissona. “Pero nos faltaba un eje argumental y decidimos hacer un concurso de oratoria y los dos ganadores serían declarados como César y Cleopatra durante todo el año”.
Inspirarse en los romanos, no fue casualidad. “En 1990 empezaron las primeras excavaciones en el parque arqueológico”, explica el arqueólogo Josep Ros. En 1995 se habían hecho cinco campañas “y la gente ya estaba acostumbrada a ver gente de fuera que iban a lavar cerámica en la Plaça del Vell Pla (...), la fiesta sirvió para potenciar la arqueología y poner en valor el patrimonio”, recuerda Ros. Ese mismo año se creó el Patronat d’Arqueologia de Guissona y el yacimiento fue declarado Bé Cultural d’Interès Nacional. “Estábamos en el lugar oportuno, en el momento oportuno”, apunta Parramon.
En los inicios la fiesta estaba organizada por diferentes collas de amigos “y esto generó una cohesión social, la gente se hizo suya la fiesta”, explica Parramon. Aseguran que esa primera edición la vivieron “con una emoción y una ilusión indescriptible”. Iniciaron el ritual de desfilar vestidos de romanos, aunque fuera con las sábanas de casa, desde el Portal de l’Àngel hasta la Font de l’Estany, donde se congregaron 200 patricios con unas credenciales que eran reproducciones de los hallazgos del parque arqueológico. Desde el primer día nunca ha faltado la pócima mágica del tabernero local Jaume Ribalta, que inspiró la imagen del gegant Bacus.
En las primeras ediciones crearon una especie de Tinder un poco más rudimentario. Al inscribirse, los participantes debían anotar una lista con las personas que les gustaban. Un programa informático detectaba si había coincidencias. “Y el día de la fiesta, en un sobre había escritos los nombres de las personas con las que tenías posibilidades de éxito”, aseguran. Lo que sí vino para quedarse fue la Guerra de Petons que se instauró en la octava edición.
Los impulsores destacan que es una fiesta hecha por y para la gente de Guissona, y si no fuera así, perdería su esencia. Ver cómo ha evolucionado, para ellos es todo un “orgullo”. Ahora siguen participando de la fiesta junto a sus hijos.
Cuando los comerciantes impulsaron el Mercat Romà, se estableció que el César y la Cleopatra escogidos el año anterior lo inauguraran. Y más adelante llegaron los Capvespres a la romana durante la semana previa.
850 inscritos, edición de récord
La actual comisión organizadora hace tres años que tomó el relevo. Este año hay 850 inscritos, han ampliado 250 respecto a ediciones anteriores. En esta edición todo el mundo se pregunta: ¿Qué se hará por los 30 años? A lo que ellos han respondido con un vídeo inspirado en el eslogan del anuncio de Estrella Damm: “El mateix de sempre…o no”. Lo que está claro es que lo que pasa en la Bakanal, se queda en la Bakanal.