Criaturas mitológicas o un elefante gigante: el taller La Gàrgola lleva veinte años dando forma real a todo lo imaginable
El artista Xavi Badia ha creado en él todo tipo de obras plásticas a lo largo de dos décadas

Procés de creació de la nova Figa Foc d’Alguaire. - LAIA PEDRÓS
Un caballo alado, criaturas mitológicas como los grifos o un elefante gigante. Todo lo que se pueda imaginar toma forma en el taller La Gàrgola. El artista Xavi Badia, de Cervera, lo abrió hace veinte años y ha creado en él seres fantásticos del bestiario festivo, títeres, máscaras, piezas de atrezzo y de escenografía, entre otras obras plásticas. También se ha dedicado a la pintura mural, la caracterización y el maquillaje o la pintura corporal.
De pequeño le encantaba ir al taller de carpintería de su abuelo. “Aquello era mágico, aunque tan solo me dejaba recoger los clavos del suelo”, recuerda. Su abuelo también había participado en la Passió de Cervera durante 30 años, donde maquillaba a los actores. “Vi que todo esto me atraía y tomé ese camino”, explica.
Badia se formó en bellas artes, caracterización y efectos especiales, y trabajó para diferentes compañías de teatro, para Warner Bros o Port Aventura, hasta que en 2005 decidió abrir su taller en Cervera. Se define como un constructor plástico: “Trabajo con materiales clásicos como la madera, el barro o el yeso, y con reproducciones 3D con porex, resinas o siliconas” y asegura que la mejor formación es el procese de ensayo y error.
Fue el encargado de diseñar las dos últimas máscaras del Mascle Cabró del Aquelarre de Cervera y durante muchos años maquilló a más de 100 personas que salían en la rúa y el espectáculo. A lo largo de su carrera ha construido 14 bestias de fuego como La Tarasca de Cervera, El Bou de Sabadell, los cuatro Dragonets de Agramunt, La Figa Foc de Alguaire o el Gall Fer de las Valls d’Àneu, entre otras. También ha diseñado más de 26 capgrossos como el de Manuel de Pedrolo y otras cuques y gegantons.

Xavi Badia, de Cervera, va traslladar el seu taller a Santa Coloma de Queralt el 2020. - C.MARSIÑACH
En 2020 trasladó su taller a Santa Coloma de Queralt, lo que le ha permitido crear figuras de mayor envergadura. Uno de sus últimos trabajos ha sido una réplica de la Víbria Llacunalba de Canyelles para aligerar peso y que la pudiera llevar cualquier miembro de la colla. La original pesaba 90 quilos y la nueva figura solo 40. “Esto facilita que las mujeres entren en las collas de bestiario y que las collas crezcan y se diversifiquen”, dice. Para hacer la réplica, la escaneó en 3D, hizo la construcción de porex y después la pasó a fibra de vidrio. “Es un proceso que no se había hecho con figuras tan grandes como esta, que mide 3,80 metros de largo”. Cuando la gente ve las piezas acabadas por primera vez, “ves reacciones muy humanas y te das cuenta de que lo que haces puede despertar emociones”, reconoce.
En un futuro, quiere seguir indagando en las nuevas tecnologías del ámbito de la construcción, “me gusta mucho descubrir nuevos terrenos”.
Otra de sus facetas más singulares ha sido la de las pinturas corporales. A través de la pintura y los colores plasma el alma y la esencia de las personas en su propia piel. “Cuando pintas a una persona te transmite lo que siente y esto un cuadro no lo hace”.
Celebración de aniversario
Para celebrar el 20 aniversario del taller, hoy inaugurará la exposición Corpos de pinturas corporales en el Castell dels Comtes de Santa Coloma de Queralt, una muestra que ya expuso en 2014 en Cervera. El 10 de octubre hará una fiesta en la que espera reunir a todo el bestiario y elementos festivos que ha creado.