El despliegue del biogás pone a 14 € la tonelada de estiércol de pollo y gallina
Las plantas ofrecen de 2 a 7 €/m3 por gestionar purín de cerdo o pagar hasta 8 por él

El Canós acogió el sábado una jornada informativa y lúdica sobre el biogás. - LAIA PEDRÓS
Las empresas que proyectan plantas de biogás en Lleida están llegando a ofrecer a los ganaderos hasta 14 € por una tonelada de la gallinaza que producen las aves y hasta 8 por las del estiércol de los terneros para alimentar las factorías que proyectan, en las que prevén utilizar derivados de deyecciones ganaderas como principla materia prima.
Los prolegómenos del despliegue de las plantas de biogás en Lleida han disparado la cotización de algunos derivados de las deyecciones ganaderas que, si entran en funcionamiento, serían la principal materia prima de esas instalaciones: la compra de la gallinaza avícola llega a ofrecerse a 14 €/tn y la de estiércol de ternera supera los 8, explicaron fuentes del sector.
La presencia de materia seca en cada tipo de deyección, de la que depende su rendimiento para fabricar biogás, marca la cotización. Y ahí las diferencias son claras: más del 90% del purín de cerdo es agua, tasa que baja al 80% en el ternero y que llega a caer al 50% en la gallinaza.
Las propuestas para disponer de purín de cerdo se mueven, por su abundancia, en otra escala. Esta, además del coste cero para el ganadero (la empresa recoge las deyecciones y se olvida), tiene una horquilla que va desde el pago de 2 €/m3 por el transporte y el tratamiento para radios de hasta 15 km de la planta de biogás (sube a entre 3 y 7 a partir de esa distancia) a ingresos por un máximo de 7 €/m3 (€/tn). Hace un año, cuando las propuestas eran precontratos y opciones de compra, se ofrecían hasta 10 €/m3.
Las ofertas de remuneración y de coste cero suponen una expectativa de mejora económica para los ganaderos, que ahora deben asumir el coste de la gestión de ese residuo.
Los dos grandes proyectos de biogás de Lleida, el del fondo danés CIP con Connect Bioenergy en La Sentiu de Sió y el de Nova Tracjusa de Juneda con Griñó como promotor, aplican fórmulas distintas.
El primero, que asegura tener atado con “más de 300 ganaderos de las comarcas de La Noguera, el Pla d’Urgell y l’Urgell” el suministro de más de 400.000 tn de deyecciones, declina dar datos de precios por ser “información confidencial”.
Fuentes del segundo, que prevé tratar 100.000 tn al año, explican que los ganaderos “no pagan un precio por metro cúbico tratado, sino que gestionan el purín a coste cero (0 €/m³)” porque, “además de ser usuarios, también son socios inversores” y eso “les permite asegurar la valorización del purín sin coste de tratamiento.
Las deyecciones ganaderas cuadriplican la capacidad de absorción agrícola
El volumen de deyecciones ganaderas de la demarcación de Lleida cuadruplica la capacidad de su agricultura para absorberlo: la última actualización del Idescat (Institut d’Estadística de Catalunya) cifra en 1,801 millones el número de UGM (Unidad de Ganado Mayor, el volumen de purines y estiércoles que puede soportar una hectárea de cultivo) de la provincia, mientras la superficie de cultivos agrarios es de 368.966 hectáreas si se suman las de secano y las de regadío o de 497.935 si se les añaden las áreas forestales cultivadas de manera ordenada. En el primer caso la relacion es de 4,8 a uno y en el segundo de 3,6. La normativa sitúa en 1,5 UGM el límite de absorción de una hectárea, aunque en una situació ideal en la que solo se utilizan abonos orgánicos y no químicos, cuyo uso tira al alza de la desproporción como también lo hacen la tendencia a crecer de la cabaña, que ha aumentado en 140.000 cerdos en tres años, y el proceso de reducción de la superficie agraria, que ha retrocedido en 28.000 ha en dos décadas (+15.800 de regadío, —43.800 de secano). La evolución de este desequilibrio, en una demarcación con 4,58 millones de plazas de porcino, 325.793 de bovino y 178.072 de ovino, a las que hay que sumar las avícolas, parece estar quedando al margen del debate social y político que se ha abierto en torno al despliegue del biogás, en el que crecen los posicionamientos de rechazo y los planteamientos críticos sin que se planteen alternativas para el tratamiento de un residuo cuyo volumen está limitando la actividad agraria en varias comarcas y que está generando notorios problemas de contaminación en ríos y acuíferos del llano de Lleida. “Tenemos la oportunidad de ser más sostenibles, se abre la puerta a una gestión más correcta de las deyecciones”, señala Rossend Saltiveri, responsable de porcino de UP.