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El verano lluvioso deja superávit en los pantanos de la cuenca del Ebro, sobre todo en Oliana y Rialb

El año hidrológico cierra con un 18% más de precipitaciones que la media de los últimos 20 años

El pantano de Oliana en una imagen de archivo.

El pantano de Oliana en una imagen de archivo.Albert L. Cobo / ACN

Lluís Serrano
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La cuenca del Ebro ha cerrado el año hidrológico con un 18% más precipitaciones que la media de los últimos 20 años. En concreto han caído 665 litros por metro cuadrado por término medio. Según el balance hecho este viernes por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), tienen especial relevancia episodios como el de la dana de octubre pasado que aparte de afectar a Valencia también se tradujo con intensas lluvias en el Pirineo. La responsable del SAIH Ebro, Ester Ruíz, ha destacado que hay superávit tanto en el margen izquierdo como en el derecho, donde ha habido una recuperación importante gracias a un verano lluvioso con un 35% más de lo normal, beneficiando sobre todo al sistema Oliana-Rialb.

El año hidrológico finalizó el pasado 30 de septiembre y la CHE valora que ha sido un año de “normalidad” con relación a la atención a las demandas que han tenido, ya que las reservas de los embalses han sido superiores a la media. En este sentido, el jefe de planificación de la CHE, Miguel Ángel García, ha valorado positivamente que esta capacidad ha permitido desarrollar sin problemas las actividades agrícolas en el conjunto de la cuenca y también se han podido beneficiar las empresas de producción hidroeléctrica. Asimismo, García ha dicho que ha sido un buen año para el turismo de nieve y rural.

La distribución a lo largo del año hidrológico apunta que de octubre a diciembre fue muy húmedo, con un 22% de superávit de precipitaciones; de enero a marzo fue ligeramente húmedo, con un 12% de superávit; de abril a junio fue normal; y el verano fue muy húmedo, con un 35% de superávit. La cuenca del Ebro acumula así dos años de superávit de precipitaciones, ya que el 2023-2024 registró un 14% más de lluvias y nevadas. Después de las sequías acumuladas entre los años 2021 y 2023, se ha pasado a una situación de “normalidad” en toda la cuenca.

Un caso diferente es el balance de la nieve acumulada durante el pasado invierno. En general, es negativo, ya que ha habido pocas nevadas a excepción de dos momentos de la temporada, a finales de marzo y a mediados de abril. Eso hizo que el deshielo fuera bastante escaso y además fue rápido porque las temperaturas de abril y de junio fueron extremadamente altas.

Las reservas de agua embalsada llegaron a su máximo a principios de junio, con aproximadamente 7.000 hectómetros (el 90% de la capacidad total de la cuenca), por encima de los 5.818 hectómetros cúbicos (74,6%) por término medio de los últimos cinco años en estas fechas, y por encima de la reserva que había a principios de junio de 2024, que fue de 5.970 hectómetros cúbicos (76,5%). No obstante, como a principios de junio no había una buena reserva de nieve, muchos embalses empezaron a recortar reservas de forma rápida.

Actualmente, la reserva de agua acumulada es de 4.210 hectómetros cúbicos (54%), inferior a la de hace un año, que era de 4.505 hectómetros cúbicos (58%), aunque todavía es superior a la media de los últimos 5 años en estas fechas, que es de 3.770 hectómetros cúbicos (48%).

La CHE destaca el “notable cambio” de la situación de las reservas en el margen derecho, especialmente afectadas por la sequía de 2023, que entre otros, provocó el cierre anticipado del canal de Urgell. Durante este año hidrológico, el agua embalsada a finales de septiembre llegaba cerca de los 400 hectómetros cúbicos (58,8%), una cifra superior a la media de los últimos 5 años (320 hectómetros cúbicos, 47%), como también en la reserva de hace un año, (245 hectómetros cúbicos, 36%).

Siurana continúa con emergencia

Sólo hay una parte de la cuenca que ha continuado con situación de escasez. Se trata de la cuenca del Siurana, en la demarcación de Tarragona, donde las lluvias no han sido lo suficiente abundantes y se acumulan 35 meses en situación de emergencia por escasez, aunque este año ha sido un poco mejor que los anteriores. Para paliar esta situación, se ha finalizado el proyecto de bombardeo de aguas del Ebro en el embalse de Guiamets.

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