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CERTAMEN

Juan Floristán, pianista, presidente del jurado del concurs Ricard Viñes: «En música antigua hay que lograr un sonido moderno»

«En música antigua hay que lograr un sonido moderno» - MAGDALENA ALTISENT

«En música antigua hay que lograr un sonido moderno» - MAGDALENA ALTISENT

Josep Grau

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No ha tocado nunca en Lleida pero ha trabajado a menudo con el Casals. Un gran cuarteto.

Son fantásticos. Los conocí haciendo un trio de Schubert con los Arnau y ya hice click con ellos.

Schubert es uno de sus favoritos.

Nunca dejará de llegarme al corazón. Es una conexión muy personal. A veces conectas con un artista y piensas: si escribiera música, me gustaría escribirla así. Eso me pasa con Schubert, Ravel, Beethoven, Bartók...

De Bartók le gusta especialmente el de Harnoncourt.

¡Ostras! ¿Y eso cómo lo sabe? Lo habré dicho en pocos sitios.

Le sigo porque me gusta mucho lo que dice y hace con la música.

Estos días lo comentaba precisamente con Alba y Lise [Alba Ventura y Lise de la Salle, compañeras en el jurado] porque no tienen la única grabación de Bartók que hizo Harnoncourt. La insufla de aire, de vida, de swing, de rubato... Cosas que a Bartók se le han negado estúpidamente por una mala interpretación de lo que es la vanguardia.

¿Se hace demasiado metronómico?

Tenemos grabaciones del propio Bartók y son puro goce y pura diversión. Hay danza, hay canción. ¿Por qué se hace malhumorado, duro, seco? Se tiene la idea de que todo lo vanguardista tiene que ser sesudo, y no. Las partituras de Schönberg, Webern o Berg están llenas de anotaciones de expresión. ¿Por qué se tocan fríos?

La atonalidad no llega al gran público.

En eso voy variando de opinión. Se dijo que se había matado a la atonalidad, y no es así. No tiene que ser tonalidad o atonalidad. Debemos aceptar que en el mundo pueden convivir distintas narrativas. Tú puedes decir que Dios ha muerto, lo dijo Nietzsche con una profundidad que no es simplemente el titular, y parece que 150 años después Dios goza de una salud espectacular. El rey ha muerto, larga vida al rey.

¿El historicismo tiene que ser máxima información para la máxima libertad?

Totalmente. Esta es una máxima que intento transmitir a mis alumnos. Un maestro tiene que dotar al alumno del máximo número de herramientas (teóricas, de erudición, técnicas, mecánicas, estéticas) para que sea libre. Fíjese: para que sea libre de mí. La máxima es aplicable a la pedagogía y a la interpretación. Los improvisadores del mundo del jazz son la gran expresión de eso. Para improvisar hay que estudiar muchísimo. Cuanto más sepas, más libre eres cuando improvisas.

En la música antigua no es tan importante el instrumento como la articulación. Lo que está escrito y lo que no lo está. ¿Está de acuerdo?

El punto de partida tiene que ser crear un sonido propio.

Y moderno.

Claro. Cuando digo propio digo también moderno, en el sentido estricto de la palabra: de ahora. El historicismo hay que usarlo como punto de fuga. Como una pregunta a partir de la cual hacer tu movida, porque si no se convierte en un dogma. Parte del historicismo se ha vuelto rancio y suena de forma predecible igual que hace 20 años. Y otra parte no: sigue sorprendiendo y sigue buscando, a veces con instrumentos modernos.

Saber cómo sonaba Bach es imposible.

Hasta que no se invente la máquina del tiempo, completamente. El historicismo ayuda a trabajar con ese manual del Ikea que es la partitura, que a veces es muy críptico. La partitura no es una obra de arte. Una obra de arte es un cuadro. Una partitura no.

Es un mapa.

Totalmente. La obra de arte es cuando suena.

Entonces es un paisaje.

Si no tienes herramientas para interpretar un mapa, es posible que te estés perdiendo suelo freático. Yo creo que el historicismo vino para decir: oye, que aquí hay un montón de agua. Esto se puede tocar así también. Y está escrito así por esto y por lo otro. Las reglas retóricas de la época, el rubato, el bajo continuo... Y dices: aquí hay un campo fértil por explorar.

Llegar con la materia a la idea abstracta también es imposible.

Es que al final se trata de eso. Estamos hablando de unas herramientas que son deficientes (una partitura, el libreto de una ópera, el texto de una obra de teatro...) porque el compositor tiene una idea abstracta que puede ser perfecta y la intenta plasmar con unos elementos físicos que se resisten. Cuando las ideas entran en contacto con la materia se crea fricción. Hay resistencia. La materia no se deja moldear, y ahí es donde entra el oficio del artista, que intenta dominarla. La música perfecta solo existe en la bóveda celestial y en tu cabeza. Esto es neoplatonismo absoluto, pero es que es verdad.

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