Natàlia Lloreta, directora ejecutiva de FiraTàrrega: «Queremos recuperar el bullicio en el centro de Tàrrega»
Este año culmina su mandato en el cargo con la introducción de cambios importantes, como la supresión del programa de Suport a la Creació y la apuesta por ser referente en ofrecer comodidad al público

«Queremos recuperar el bullicio en el centro de Tàrrega»
¿Cómo se prepara esta edición de FiraTàrrega?
Bien, esta edición la hemos pensado mucho y hemos salido un poco de la inercia en la que estábamos instalados. Hemos impulsado un cambio estructural como, por ejemplo, abandonar el programa de Suport a la Creació. Esto también está muy vinculado al rediseño del certamen, que volvemos a concentrar en el centro de Tàrrega eliminando las zonas periféricas. El objetivo es recuperar la sensación de bullicio y de agitación en el centro.
Estos cambios también pretenden convertir FiraTàrrega en referente en el arte de emplazar. ¿Qué significa?
Sí, FiraTàrrega es un mercado, un hecho obvio que nos gusta remarcar. De hecho, sigue con la definición tradicional de las tres F: feria, fiesta y festival. La feria como mercado, la fiesta porque se enmarca en la Festa Major local y porque congrega un ambiente festivo, y el festival por el gran público que viene a disfrutar del teatro. La F de feria y de mercado nos interesa recalcarla mucho porque es un gran punto de referencia de los profesionales del sector. Los cuatro días de FiraTàrrega acreditamos a unas 2.000 personas de todo el mundo, entre programadores, artistas, prensa…, que vienen atraídos por su profesión. Entre las cosas que les queremos ofrecer además de la programación, que es la materia prima, es que vean de qué manera se puede programar en la calle a finales del primer cuarto del siglo XXI, ya que no es lo mismo programar en la calle en los años 90 o en los 2000 que ahora. El público es cada vez más exigente y quiere estar más cómodo, hay una amenaza de temperatura y no soportamos tantas inclemencias, de modo que nos hemos propuesto ser como una especie de escaparate de cómo el público puede disfrutar de los espectáculos de calle: con diferentes tipos de gradas, umbráculos, nuevos horarios de actuación... Todo para ser referente en el arte de emplazar, es decir, en cómo ubicamos las obras para que los profesionales vean que en FiraTàrrega también pensamos en la comodidad del público.
Como ya ha comentado, FiraTàrrega dejará el Suport a la Creació para centrarse en los cuatro días de feria.
Exacto. Este cambio forma parte de la observación y del análisis de datos. Durante estos últimos años hemos visto que atraíamos, en parte, a compañías que ‘probaban suerte’ y no estaban profesionalizadas y quizás contribuíamos a una cierta precarización. FiraTàrrega es un mercado especializado y profesional y queremos que el sector de las artes escénicas sea fuerte, con solvencia y autonomía económica. El Suport a la Creació ha sido un programa que ha funcionado, pero ahora el país ya empieza a estar preparado con centros de producción que reciben dinero público para dedicarse exclusivamente a eso. Estos centros deben ponerse a trabajar en red con nosotros para que ellos creen y nosotros exhibamos. Además, también tenemos la responsabilidad, como institución pública, de ser claros y concisos con nuestra misión y de no querer abarcar tareas que no son las propias. Esto también está relacionado con un tema presupuestario: llevamos cinco años con el mismo presupuesto de 1,2 millones mientras que los gastos no han dejado de subir: suministros, materiales, salarios… lo que obliga a reducir actividad y a concentrar servicios, y visto este panorama hemos tomado esta decisión. Los cambios cuestan, pero estoy convencida de que siempre son buenos.
¿Este 2025 culmina su mandato como directora ejecutiva de FiraTàrrega. ¿Qué valoración hace?
Sí, accedí al cargo en noviembre de 2020, en plena pandemia, que nos obligó a cambiar las reglas del juego. La valoración general es positiva. Pensaba que conocía muy bien FiraTàrrega, porque había trabajado allí de joven y la he vivido desde siempre, pero desde dentro es otra cosa. Se ha vuelto compleja a nivel de gestión, como toda administración pública. Hay mucha burocracia y poca agilidad y flexibilidad en las contrataciones. Obviamente, hay que cumplir la ley, que está hecha con buena intención, para evitar amiguismos y prevaricaciones, pero se basa en una desconfianza absoluta y los procesos son demasiado largos. Se está creando una distancia preocupante entre la administración y la sociedad. A nivel de mi trabajo, creo que he ordenado los plazos, hemos adelantado las convocatorias para poder trabajar todos más cómodos, he intentado simplificar algunas formas de trabajar y he digitalizado algunos procesos que nos llevaban mucho tiempo. Aun así, queda mucho trabajo por hacer.
La valoración es muy enriquecedora y también me ha permitido conocer cómo funcionan —y ‘disfuncionan’— las instituciones por dentro. A FiraTàrrega nos rigen cuatro instituciones, que reunimos en el consejo de administración, y cada una funciona a su manera. Ha costado consolidar presupuestos. Y esta moda que han cogido los gobiernos de prorrogar presupuestos, a nosotros nos supone una gran inoperancia. También ha sido interesante conocer cómo se mueve la financiación privada: esponsors, mecenas…
Me gustaría destacar que me invitaron a formar parte de la comisión redactora de la Agenda Rural. A partir de ahí se me ocurrió crear el proyecto Lleida Escena, que estrenamos el año pasado y que pretende dar fuerza a los municipios rurales. Junto con la Diputación invitamos a todos los pueblos de Lleida a venir a Fira para mostrarles espectáculos que pueden programar. Una de las cosas buenas que ha quedado es el encuentro presencial de los varios agentes de las artes escénicas de Lleida. Encontrarse y compartir ideas es una de las mejores experiencias que nos brinda la condición humana.