“Ha sido una locura”

“Ha sido una locura. Es la primera vez que he llorado de alegría por el fútbol”, explicaba Santi, un joven aficionado del Lleida que formaba parte de la expedición de 160 seguidores que se desplazaron a San Sebastián en el autocar organizado por el club, en tren o en vehículos particulares. “Hemos pasado de la resignación a venirnos arriba tras el empate y pensar que era posible eliminar a la Real. Cuando Bojan ha marcado, no he visto ni el gol. Hemos empezado a gritar y ha sido muy emocionante”, añadió.

Igual que hace 24 años, el Lleida conquistó Anoeta. E igual que hace 24 años, lo hizo marcando tres goles que ya forman parte de la historia del club. Es la primera vez que el Lleida Esportiu alcanza los octavos de final de la Copa, pero es la séptima ocasión en toda la historia del fútbol en el Camp d’Esports, que el equipo llega al que ha sido su techo histórico en esta competición. Las anteriores ocasiones fueron en las temporadas 1985-86, 1992-93, 1994-95, 1996-97, 1999-2000 y 2004-05.

El Lleida conocerá a su próximo rival el martes, día en el que tendrá lugar el sorteo en la Ciudad del Fútbol en Las Rozas, sede de la Federación Española. Será un sorteo puro, ya no tendrá ningún condicionante. En el caso del Lleida, solamente uno: Jugará el partido de ida en el Camp d’Esports si tiene que enfrentarse a un rival de superior categoría. Así, el Lleida volverá a tener la oportunidad de jugar con el Barcelona o con el Real Madrid. La eliminatoria de octavos de final se disputará los días 3 y 10 de enero de 2018.

El autocar del Lleida partió hacia San Sebastián a las seis de la mañana, para regresar después del partido. Un grupo de una treintena de seguidores optaron por el tren, que partió de Lleida a las 8.40 para llegar a Donosti a las 13.05. “Desde el primer momento la relación con la afición de la Real ha sido muy buena. Nos han aconsejado dónde ir a cenar después del partido y dónde ir a tomar algo, que al final ha sido para celebrar una gesta”, explicaba otro aficionado leridano.

El único momento tenso se produjo cuando a la entrada a Anoeta fueron requisadas algunas esteladas, por lo que los seguidores se quejaron a los representantes del Lleida. “En el descanso, con 2-0, ya estábamos resignados, pensando en la cena y esperando un gol, pero después del 2-1 ya hemos pensado que todo era posible”.