Un Lleida sin rumbo cae en casa 0-1

Derrota muy frustrante la que sufrió el Lleida Esportiu con la visita del Hércules al Camp d’Esports (0-1). Un fallo de marcaje injustificable a mediados del primer tiempo provocó el gol alicantino de Roger Riera, que acabaría siendo el único del partido. Como ya había sucedido en los últimos dos partidos, los de Ángel Viadero empezaron anestesiados, persiguiendo sombras y con algún despiste en defensa que hacia presagiar lo peor.

Las pérdidas en salida de balón, la lentitud de reacción o la imprecisión en los pases fueron el preludio del gol del Hércules.Luque fintó y fintó las veces que quiso, hasta que pudo generarse un espacio para centrar un balón que desvió un defensa del Lleida lo justo para que Roger Riera, entrando libre de marca desde el segundo palo batiera a Iñaki Álvarez.El gol le sirvió a los alicantinos para intentar dormir el partido, retrasar todos los saques de banda, de falta o de puerta y empezar el juego psicológico contra el Lleida. Los azules, por su parte, abusaban del balón en largo buscando a Mario Rivas, y tuvieron una serie de córners que no inquietaron a Carlos Abad.El portero visitante no se vio obligado a intervenir hasta el minuto 44, pero fue para evitar el gol del empate. Quadri recuperó un balón en campo contrario y se inventó una gran jugada, con caño incluido, para plantarse en el área, aunque definió forzado y el portero la desvió con el cuerpo, en la última ocasión antes del descanso.En cambio, en los primeros minutos de la segunda parte, el Lleida generó más y mejor juego que en toda la primera.

Viadero sacudió el árbol con un doble cambio ofensivo. Metió a un extremo (Denys) y un delantero (Chuli), por un centrocampista como Mejía y un central como Gaixas, que volvió a jugar 77 días después, ya recuperado de su lesión en el peroné, aunque aguantó 45 minutos.Los azules salieron decididos a someter al Hércules, con mucho más dinamismo y desprotegiéndose en defensa, con el riesgo que eso conlleva. Habría podido salir bien el plan si Denys, en lugar de mandar el balón al palo, hubiera marcado el 1-1 en el 56.Podía parecer que ese sería el inicio del asedio contra el marco alicantino, pero nada más lejos de la realidad.

El fuelle azul fue decayendo con el paso de los minutos y, de hecho, Iñaki mantuvo con vida al Lleida hasta el final salvando dos ocasiones muy seguidas, primero con el pie a tiro de Luque y luego desviando a córner un tiro lejano de Toscano.En el otro área, el Lleida respondió con un cabezazo desviado de Mario Rivas, en la última acción del manchego antes de ser sustituido, pues Viadero ya había hecho cuatro cambios en el minuto 66, pero nada le salió bien.Ni siquiera cuando Alpha Bagayoko, incansable y sacrificado también como lateral, provocó la expulsión de Roger Riera. Quedaba más de un cuarto de hora de partido, pero justo después, Joan Monterde llegó tarde a un balón dividido que restableció la igualdad numérica.Ya con 10 contra 10, solo un par de disparos lejanos de Alpha y Agüero hicieron dudar al Camp d’Esports sobre si los suyos podrían acabar sumando. Al final, una derrota que habría sido incluso peor si Alzira o Prat hubieran sumado algún punto.