El Camp d'Esports: Un siglo de historia que trasciende el fútbol y refleja los cambios de una época
El legendario complejo deportivo de Lleida, considerado el mejor de España en 1919, ha sido testigo de ascensos históricos, fusiones y transformaciones políticas a lo largo de su centenaria existencia

El verano de 1950, el Camp d’Esports asistió a la mayor gesta de la UD Lérida: el ascenso a Primera.
El Camp d'Esports de Lleida representa mucho más que un simple estadio de fútbol. Inaugurado el 1 de enero de 1919, este emblemático recinto deportivo ha sido testigo silencioso de más de un siglo de historia española, atravesando periodos tan convulsos como la Segunda República, la Guerra Civil, la dictadura franquista y la posterior democracia.
Diseñado por el prestigioso arquitecto local Adolf Florensa, el complejo deportivo fue concebido inicialmente gracias a la iniciativa de Joventut Republicana de Lleida, cuyos representantes Alfred Perenya y Humbert Torres visualizaron un espacio que situaría a la ciudad en la vanguardia deportiva. El resultado fue espectacular: un recinto multideportivo que incluía campo de fútbol, velódromo, pista de patinaje, frontón, pistas de tenis e incluso un parque infantil y dispensario médico.

El plano original de lo que acabaría siendo el Camp d’Esports
De mejor instalación de España a víctima de la Guerra Civil
Durante la década de 1920, el Camp d'Esports fue reconocido como el mejor complejo deportivo de España y comparable con las mejores instalaciones europeas de su época. Los primeros en disfrutar de estas modernas instalaciones fueron los jugadores del Juventut FC y posteriormente el Lleida FC, equipos que lideraban el panorama futbolístico catalán antes de que el conflicto bélico alterara dramáticamente su trayectoria.
El estallido de la Guerra Civil española en 1936 marcó un punto de inflexión en la historia del recinto. Tras la victoria franquista, el régimen confiscó las instalaciones, que pasaron a manos del ayuntamiento. En un movimiento característico de la época, las autoridades municipales cedieron la gestión al Leridano, un equipo creado por militares que nunca consiguió conectar con la población local, mientras el Lérida Balompié llenaba regularmente el antiguo campo de la carretera de Corbins.
El nacimiento de un inquilino histórico: la UD Lérida
La temporada 1945-1946 marcó el inicio de una nueva era para el Camp d'Esports cuando la recién creada Unión Deportiva Lérida, surgida de la fusión entre el Lérida Balompié y el Leridano, se convirtió en su inquilino oficial. Desde entonces, y durante casi siete décadas, el equipo leridano ha considerado este campo como su hogar, a pesar de que la propiedad ha sido siempre municipal.
Con la llegada de la democracia, se produjo un acto de justicia histórica: el complejo fue devuelto a sus legítimos propietarios originales, quienes posteriormente lo cedieron nuevamente al Ayuntamiento. A través de sucesivos convenios, la Paeria (nombre tradicional del consistorio leridano) permitió que la UE Lleida continuara utilizando las instalaciones hasta su desaparición en 2011.
Presidentes que marcaron hitos en la historia del club
A lo largo de su extensa trayectoria, diversos presidentes han dejado su huella en el Camp d'Esports. Joan Porta, sucesor del primer presidente Sebastià Tapies, fue quien estrenó el estadio en Tercera División durante la temporada 1945-46, tras la fusión que dio origen a la UD Lérida.
Eduard Estadella pasó a la historia por lograr dos ascensos consecutivos: primero a Segunda División (1948-49) y después a Primera División (1949-50), escribiendo una de las páginas más gloriosas del club. Por su parte, Ramon Vilaltella consiguió el ascenso a Segunda División en la temporada 1964-65, además de completar importantes mejoras en el estadio como la reforma de la Tribuna cubierta y la instalación de iluminación artificial.
Otros nombres destacados fueron Martínez Cabrera, artífice del ascenso a Tercera División (1969-70); Pepito Esteve, quien además de lograr el ascenso a Segunda B (1975-76), trasladó las oficinas del club al estadio y normalizó el nombre de la entidad, cambiando UD Lérida por UE Lleida; y Mario Durán, responsable de tres ascensos, incluyendo el histórico regreso a Primera División en la temporada 1992-93.
El final de una era y el inicio de un nuevo capítulo
El 15 de mayo de 2011 marca una fecha agridulce en la historia del Camp d'Esports. Ese día, la UE Lleida disputó su último partido oficial en el estadio contra l'Hospitalet, poniendo fin a casi 70 años de historia continua. La presidenta Annabel Junyent tuvo la difícil tarea de firmar la desaparición de una entidad histórica del fútbol español.
Desde entonces, el Camp d'Esports ha acogido a nuevos inquilinos: primero el Lleida Esportiu y posteriormente el actual Lleida CF, equipos que han intentado mantener viva la llama del fútbol en una ciudad con profunda tradición deportiva.
El Camp d'Esports como símbolo de la evolución social y deportiva en España
A lo largo de más de 100 años, el Camp d'Esports ha reflejado fielmente los cambios políticos, sociales y deportivos de España. Desde su construcción durante una época de efervescencia republicana, pasando por la apropiación franquista, hasta su devolución y normalización durante la democracia, este emblemático recinto constituye un valioso patrimonio que trasciende lo meramente deportivo.
Con una capacidad actual para aproximadamente 13.500 espectadores, el estadio municipal sigue siendo el corazón futbolístico de Lleida. A pesar de los altibajos deportivos y los cambios institucionales, el Camp d'Esports permanece como testigo silencioso de un pasado glorioso y como esperanza de un futuro prometedor para el fútbol leridano.