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Educación cambiante
Sindicatos, centros y padres lamentan los continuos cambios en el sistema por parte de Estado y Generalitat || Nuevos currículums y evaluación y avance del curso, principales modificaciones
Los centros educativos deben aplicar cambios constantes tanto por las modificaciones de las leyes orgánicas de Educación del Estado como por orden de la Generalitat. Sindicatos, docentes y padres piden estabilidad, pero de cara al próximo curso los cambios siguen a la orden del día y serán de envergadura, como el avance del curso o los nuevos currículums.
El sistema educativo, uno de los pilares para toda sociedad, está sujeto a constantes cambios tanto porque las leyes orgánicas estatales son modificadas prácticamente cada vez que hay alternancia política en el Gobierno central como porque la Generalitat también introduce variaciones para adaptarse a estas normativas o bien por iniciativa propia. Los sindicatos educativos, los propios centros y los representantes de las familias consideran que debería haber más estabilidad en aras de la calidad educativa.
Además, los docentes creen que tras dos años de pandemia que han sido duros en las aulas las autoridades podrían haber acordado una moratoria de un año. Pero nada más lejos de la realidad. Así, de cara al próximo curso, los centros deberán aplican un nuevo tipo de evaluación, sin pruebas extraordinarias y con la posibilidad de aprobar cuarto de ESO con varios suspensos y de obtener el título de Bachillerato con uno.
También se sustituye el ‘no assolit’ por ‘en procés d’assoliment’. Además, Educación ha cambiado los currículums educativos, que en la ESO incluyen una reducción de las horas de Catalán, Castellano, Matemáticas, entre otras, así como la disminución a la mitad las de Tecnología y la supresión de Filosofía como optativa en cuarto, propuesta que ha generado muchas quejas. El documento, que aún no es definitivo, determina que los centros deben distribuir las horas que ‘ganan’ con esta reducción de la manera que quieran, pero eso implica rehacer todo proyecto educativo y los directores temen que no tendrán tiempo de hacerlo en condiciones.
Otro frente abierto es el anuncio por sorpresa por parte del conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, del avance del inicio de curso al 5 de septiembre en Infantil y Primaria y al 7 en Secundaria, que ha puesto en pie de guerra a los sindicatos, que prevén cinco días de huelga en marzo por este y otros motivos.
Asimismo, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que ordena aplicar el 25% castellano en las aulas preocupa a las direcciones de los centros y piden a Educación que clarifique cual es exactamente su responsabilidad en caso de que alguna familia pida aplicar esta medida. También en relación a la lengua, Educación prevé exigir el C2 de catalán a los docentes, pero en 2024.
Otro de los cambios anunciados por el departamento, este sí para el próximo curso, es la reducción de 25 a 20 de la ratio de alumnos en P-3 en la mayoría de centros. Además, para luchar contra la segregación, repartirá equitativamente a los alumnos vulnerables entre todos los colegios de cada zona escolar y otorgará 384 euros mensuales por cada uno de esos estudiantes de P-3 y primero de ESO a los centros públicos y 988 a los concertados. Laia Martí, USTEC-STEs, el principal sindicato del sector, cree que muchos cambios son “propaganda” y afirma que “en el norte de Europa la educación es una cuestión de Estado, blindada y absolutamente respetada, mientras que aquí es un arma de unos contra otros”.
Pere Sánchez, de CCOO, señala que “el problema ha sido proponer innovación sobre el papel, sin saber los recursos ni la planificación y sin negociación”, cuando en educación “se necesitan consensos”. “Las direcciones de los centros están angustiadas”, subraya, y destaca que los cambios generan “estrés”. Considera también que, pese a tantas modificaciones de las leyes educativas a lo largo de los años, “solo cambian las tapas del libro”. Los centros concertados, por su parte, apuntan tener “muchas preguntas y pocas respuestas”, indica Mary Rius, directora del colegio Maristes. Relata que están programando jornadas de puertas abiertas y no saben qué decir a los padres sobre algunos cambios importantes, opinión que comparte la Asociación de Directores de Secundaria de Lleida. La presidenta de la Affac (Asociaciones de Familias Federadas de Alumnos de Catalunya), Belén Tascón, asegura que están especialmente preocupados por la renovación de los conciertos en Infantil y Secundaria y se posicionó en contra del horario reducido matinal anunciado para el mes de septiembre.
«Quieren tomar muchas decisiones no serenas, sin debatirlas»
“Los nuevos cambios van en el sentido de facilitar que el estudiante pase de curso, se pierde la cultura del esfuerzo”, opina Cornadó. “Mi percepción es que habrá menos fracaso escolar y más titulados, como pide la UE, pero será de forma maquillada, porque dudo que mejore la calidad del sistema”, añade. Por su parte, Aguilar ve “cosas buenas” como la mayor autonomía de los centros, que permite “implantar metodologías vinculadas a la realidad de sus alumnos”.
Cree que “se intenta potenciar la ciencia y la tecnología, aunque seguimos centrados en las materias instrumentales”. Sobre los constantes cambios normativos, afirma que “nos hace falta construir sobre un modelo basado en evidencias, y nos cuesta ver que los cambios se basen en evidencias”.
“La huelga no es por el calendario, es por imponerlo”
“Estamos en contra del horario intensivo de mañana anunciado para septiembre. No es bueno para el bienestar de los alumnos. Respecto al currículum, se quieren tomar muchas decisiones no serenas, sin debatirlas. No se puede transformar la educación sin participación.También estamos muy preocupadas por la renovación de los conciertos educativos de Infantil y Secundaria. Una sobredimensión de la oferta pone en peligro a la red pública, hipoteca muchos años el sistema. El handicap de este país es que cada alternancia de gobierno supone un cambio de ley educativa. Affac sí pidió la supresión de la LOMCE por su corte neoliberal”.
«Sería muy importante un pacto nacional de educación»
Los sindicatos se reunirán la próxima semana para debatir sobre los cinco días de huelga que convocaron después del anuncio del conseller del avance del próximo curso. Laia Martí, de USTEC-STEs, remarca que “huelga no es por el calendario en sí, lo que nos hizo explotar fue la forma de imponerlo”, y añade que el motivo “más importante es revertir los once años de recortes”, así como la reducción general de ratios, el 25% de castellano y más inversión en educación.
“La lista es inmensa”, dice. González-Cambray se mostró convencido de que la huelga se puede evitar y USTEC espera que “recapacite”. Pere Sánchez, de CCOO, incide en que “ha impuesto medidas una detrás de otra, anunciando un día una y otro día otra, y eso no es planificación, es marketing”.
El Consejo Escolar de Catalunya pidió una moratoria de un año en la apliación del nuevo calendario, que no fue aceptada por Educación, que defiende que hay tiempo para negociar.
«Deberían fijar unos mínimos y dejar libertad a los centros»
“El curso se podría avanzar solo 3 o 4 días para tener alguno más para prepararlo. Y el cambio del currículum es muy precipitado. Cuando hay estabilidad, se puede ir mejorando, pero si haces cambios, se retrasarán. La sentencia del 25% de castellano nos preocupa. Educación dice que si hay alguna queja la tramitemos a Inspección, pero la queja va contra el centro directamente. Sería muy importante un pacto nacional de educación, que los partidos se pongan de acuerdo y tomen decisiones consensuadas con la comunidad educativa. Parece que después de dos años de pandemia ahora quieren hacer todos los cambios de golpe”.
«Las variaciones educativas quieren calma y ahora son imposiciones»
“Entiendo el razonamiento de acortar las vacaciones, pero también se ha de entender que tenemos que preparar el curso en septiembre. No se nos ha consultado. Si tan claro lo tenían, podían haberlo dicho antes. Sobre la sentencia del 25% de castellano, pedagógicamente la inmersión lingüística en catalán es lo mejor. Creo que deberían dar libertad total de horarios y metodológica a los centros con el compromiso de cumplir unos objetivos. Tantos cambios descolocan mucho. Sería mejor que los partidos no estuvieran tanto por cambiar el detalle sino por fijar unos mínimos para un sistema educativo coherente y dejen libertad a los centros”.
«No vemos que los cambios normativos se basen en evidencias»
“No nos negamos a los cambios, lo que nos molesta son los tempos. Salimos de dos años muy difíciles para la gestión de los centros y sería más lógico intentar recuperar la normalidad lo que queda de año y el próximo empezar a trabajarlos de cara al siguiente curso. Los cambios educativos requieren calma y reflexión y ahora son imposiciones. Modifican el calendario, aún no nos han dado el nuevo currículum de Bachillerato y cambian las normas con las que comenzaron el curso. Tenemos una sensación de desasosiego, la gente está muy cansada. Haremos cambios sin sentido, que podrían tenerlo si se hicieran con calma”.