Goodbye, el divorcio está consumado

El Reino Unido acaba de abandonar la Unión Europea (UE), 47 años después de su ingreso en el bloque europeo, para iniciar un nuevo camino, en el que buscará una nueva relación con Europa y negociará acuerdos comerciales. A la medianoche en la UE, este país puso, además, punto final a tres años y medio de disputas internas entre ciudadanos y partidos sobre la conveniencia de quedarse o salir del club comunitario.

El 23 de junio de 2016, los británicos votaron por salir de la UE, después de una intensa campaña a favor del Brexit por parte del actual primer ministro, Boris Johnson.

Antes de la hora señalada, Johnson celebró una reunión especial del Gobierno en Sunderland, al norte de Inglaterra, donde los votantes apoyaron el Brexit de manera abrumadora en 2016, antes de pronunciar un discurso para marcar la retirada. “Este es el momento en el que amanece y se levanta el telón de un nuevo acto”, afirmó Johnson en su alocución.

Además del discurso, se proyectó sobre las paredes de Downing Street un reloj que hizo la cuenta atrás para el Brexit, mientras que los edificios gubernamentales se tiñeron de rojo, blanco y azul, los colores de la Union Jack (la bandera británica).

Mientras, la UE se despidió del Reino Unido con el acento puesto sobre la negociación de la futura relación entre ambos y la fortaleza del club comunitario. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que quiere mantener “la mejor relación posible con el Reino Unido”, pero recalcó que no podrá equivaler a ser miembro de la UE.

A partir de hoy –1 de febrero–, el Reino Unido entrará en un periodo de transición con la Unión Europea hasta finales de año, en el que ambas partes deberán negociar su futura relación comercial y de seguridad. Sin embargo, los expertos descartan la posibilidad de un acuerdo comercial “real” entre los ya 27 países miembros y el Reino Unido en el plazo transitorio de negociación fijado en once meses, hasta el 31 de diciembre de este año, pero sí es posible que se perfilen detalles para perfilar determinados ámbitos comerciales y no concluir en un Brexit duro.

Las empresas de Lleida esperan mantener el comercio El sector agroalimentario, que aún no ha terminado de digerir el veto a la entrada de muchos de sus productos a Rusia desde el año 2014, sigue de cerca cada paso del Brexit, un proceso sobre el que ahora hay más optimismo que hace unos meses.