Uno de cada 5 empleados de Catalunya teletrabaja una media de casi tres días a la semana
El modelo híbrido se impone, aunque en las zonas rurales son la mitad, un 9,5%

La multinacional GFT IT Consulting, que tiene una sede en Gardeny, facilita el teletrabajo a sus empleados. - SCD
El teletrabajo vuelve a ganar terreno en Lleida y Catalunya, consolidándose como una herramienta estable dentro del mercado laboral. Después del impulso forzado debido a la pandemia de 2020 y el posterior retroceso, esta modalidad ha encontrado un equilibrio. Cada vez más empresas apuestan por combinar jornadas presenciales y remotas, especialmente en los sectores administrativos, tecnológicos y de servicios digitales. Según el Idescat, uno de cada 5 empleados teletrabaja, al menos ocasionalmente, con una media de 2,9 días por semana. Aunque la tendencia se extiende también en la provincia de Lleida, su implantación es más limitada por el peso de las actividades agrícolas, industriales y logísticas, donde la presencia física continúa siendo imprescindible.
El modelo híbrido, que alterna trabajo presencial y remoto, se ha impuesto de forma definitiva. De hecho, solo un 9,2% de los empleados puede decir que trabaja más de la mitad de la semana a distancia, mientras que un 59,8% no puede hacerlo por la naturaleza de su puesto. El resto dispone de medios técnicos, pero prefiere mantener una parte presencial. Esta estructura refleja un nuevo equilibrio entre flexibilidad y productividad que muchas empresas han adoptado como fórmula permanente.
Las diferencias territoriales son evidentes. En municipios de menos de 10.000 habitantes apenas teletrabaja una pequeña parte de la población activa (9,5%), lo que evidencia la brecha entre el entorno urbano y el rural. El acceso al trabajo remoto aumenta con el nivel de estudios y es más frecuente entre personas de entre 25 y 44 años, mientras que la diferencia por género es mínima, un 21,8% de mujeres frente al 21,1% de hombres. El avance del teletrabajo también depende de la conectividad. En Catalunya, el 97,7% de los hogares dispone de banda ancha, pero aún hay zonas rurales y de montaña con cobertura limitada, especialmente en el Pirineo, Noguera y Pallars. Pese a estas dificultades, crece la demanda de entornos naturales donde poder trabajar. Proyectos como Cowocat Rural y los espacios de coworking de Tremp, Sort y La Seu d’Urgell buscan atraer profesionales y retener talento digital mediante infraestructuras con fibra óptica y servicios compartidos.
En paralelo, emerge con fuerza el fenómeno del workation, una tendencia que combina trabajo y descanso en entornos rurales o turísticos. Muchos profesionales aprovechan la posibilidad de teletrabajar para instalarse temporalmente en lugares tranquilos, con mejor calidad de vida y costes más bajos. La idea es sencilla: si el trabajo puede hacerse desde cualquier lugar, ¿por qué no hacerlo desde un valle del Pirineo o un pueblo con fibra óptica y vistas al Montsec? Algunos municipios de montaña ya han empezado a ofrecer alojamientos adaptados, espacios de trabajo compartidos y programas de bienvenida para teletrabajadores, con el objetivo de revitalizar la economía local y atraer nuevos residentes. Este movimiento, cada vez más visible en Europa, también está llegando a Catalunya. En comarcas como la Alta Ribagorça o el Pallars Sobirà, se promueve el workation como una alternativa sostenible para dinamizar el territorio y fijar población joven. No se trata solo de trabajar en remoto, sino de vivir de otra manera, con menos estrés, más conexión con la naturaleza y comunidades locales más activas.
El repunte del teletrabajo se interpreta como una estabilización. Todo indica que el modelo híbrido se ha consolidado en Catalunya y avanza, aunque con lentitud, en Lleida. Su crecimiento dependerá de la digitalización de las empresas y de la mejora de la conectividad en las zonas rurales. El teletrabajo, que nació como una medida de emergencia, es ahora una forma de empleo flexible, un estilo de vida que combina trabajo y bienestar.
La Diputación tiene 161 empleados ‘online’
La Diputación cuenta con 161 empleados que teletrabajan, una medida que se implantó durante la pandemia, ya que antes de 2020 no había precedentes. Los trabajadores pueden solicitar de uno a tres días de teletrabajo, dependiendo de sus necesidades, aunque en la práctica suelen ser dos las jornadas desde casa. En el caso de la delegación de la Generalitat son 11 de los 20 empleados los que teletrabajan, con un 35% de la jornada laboral 'online'.
Los sindicatos, a favor de seguir avanzando
Los principales sindicatos, UGT y CCOO, coinciden en que el teletrabajo es una herramienta útil para modernizar la organización laboral, aunque demandan la dotación de medios adecuados, el derecho a la desconexión digital, y que las empresas no utilicen el trabajo remoto para precarizar condiciones o aumentar el control. “Debemos avanzar hacia el modelo europeo”, señala Joana Mor, secretaria general de UGT Terres de Lleida.
La patronal pide que haya compromiso
La patronal apuesta por una regulación que promueva el teletrabajo con garantías, pero sin imponer cargas excesivas a las empresas ni restricciones que puedan frenar su uso. Además, pide compromiso al trabajador en sus horas laborales. “Está claro que no se puede aplicar en todos los sectores, pero el teletrabajo ha llegado para quedarse. En este sentido, debe existir un compromiso por ambas partes”, señala Esther Pagano, gerente de la COELL.
El 87% del territorio cuenta con fibra óptica
El 87% del territorio leridano cuenta con fibra óptica, un 97% tiene servicio 4G y el 74% el sistema 5G. Así lo explicó el director general de Telefónica en Catalunya, Chema Casas, en el marco de la jornada Digitalización Empresarial, organizada en diciembre por SEGRE con la colaboración de la compañía de telecomunicaciones. El compromiso adquirido es que la fibra, clave para poder ejercer el teletrabajo, llegue al 100% del territorio a finales de este año.