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Impresionaba ayer ver en los Camps Elisis a cerca de 5.000 musulmanes en el rezo del final del Ramadán con tanta solemnidad, silencio y orden. Eso sí, una vez finalizadas las plegarias, la alegría de los presentes por dejar el ayuno y volver a la cotidianidad era tal que comenzaron a hacerse selfies y fotos como si se tratara de una boda. Solos, en grupo y por familias. Las mujeres siguen relegadas a un segundo plano.

El periódico como prueba

Una joven de Agramunt se lamentaba ayer de que sus profesores no se creerán que no pudo enviar el trabajo de fin de grado por la avería de Movistar. Le sugerimos que adjunte a la excusa la noticia de hoy, como prueba. Esperamos que funcione y que se lo admitan fuera de plazo.

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