La estrella es Marc Giró
Lo escribimos, y después de ver su programa de este martes, lo ratificamos: ahora mismo no existe en ninguna cadena, al menos en abierto, ningún presentador capaz de dar tanto espectáculo televisivo, de nivel se entiende, como Marc Giró. Pablo Motos y David Broncano están un peldaño por debajo. Giró fue capaz en su regreso al Late Xou de conseguir divertirnos con su coreografía inicial cantando, sin brilli brilli ni plumas aunque sí con cuerpo de baile, el Gracias por venir que inmortalizó Lina Morgan y luego, sin pausa, pronunciar uno de los mejores monólogos que recordamos haber oído en un “late night”. Hizo un 12 por ciento. Y La revuelta, emitida justamente antes, un 12,1. RTVE está, ahora mismo, que se sale. Y aún falta Buenafuente. Por cierto, y cambiando de tema. Marta Flich y Gonzalo Miró han conseguido lo que pedíamos desde aquí mismo: encontrar el punto intermedio exacto entre el “ñoñismo” de Sonsoles Ónega y el “trascendentalismo impostado” de Joaquín Prat. Las audiencias de los tres programas hablan por sí solas.
