SEGRE
Un fotograma de ‘Los asesinos de la luna’.

Un fotograma de ‘Los asesinos de la luna’

Creado:

Actualizado:

LOS ASESINOS DE LA LUNA

★★★★★

Esperar una película de Martin Scorsese es jugar a caballo ganador, sabes que vas a estar delante de una obra incuestionable dirigida por un cineasta incuestionable, una de las figuras básicas de la historia del cine con mayúsculas. Su última maravilla es la monumental Los asesinos de la luna, una película despiadada, cruda, cruel, que pone de frente a la historia de su país, algo extensible a muchos otros, a sus abusos sobre gentes indefensas. Un retrato de la ambición y la maldad que anida en el ser humano, a todo lo inmoral y deshonesto que la codicia abarca.Los asesinos de la luna es un western moderno, cuando los autos circulan ya por ciudades polvorientas, los negocios rotulan sus carteles en las fachadas, donde el progreso avanza en masa en lugares donde nadie hubiese querido habitar a no ser que el oro o el petróleo aflorase a la luz y los trenes descargasen su masa humana, como sucedió en la década de los años veinte en el territorio de la Nación Osage en Oklahoma. De aquella tierra árida surgió petróleo y convirtió a los nativos del lugar en los hombres por cápita más ricos del mundo.La raíz del mal se fue adueñando de todo. Las artimañas del hombre blanco, sus sucios ardides, fueron dando paso a una ola de asesinatos de indígenas en una era moderna y de este modo, esta extraordinaria película pasa a convertirse en un thriller en toda regla, donde los encargos, las manipulaciones y la muerte asedió a la población local.En Los asesinos de la luna existen tres figuras capitales. La de Ernest Burkhard (Leonardo Di Caprio), excombatiente de la primera guerra que acude a la pequeña población de Fairfax en busca de un trabajo que le proporciona su tío, William Hale (Robert De Niro). Ernest va entrando en un entramado, en una tela de araña urdida por el infame personaje que asume con maestría De Niro, un aparente benefactor de la ciudad, un hombre comprometido con los nativos al que en realidad solo le mueve la codicia. El tercer personaje es Mollie, encarnado maravillosamente por Lily Gladstone, una mujer india todo sensibilidad, inteligencia, que observa todo, que lo sufre todo como esposa de Ernest, y que marca el contrapunto a una película donde las malas personas llegan a ser agobiantes, produciendo un rechazo visceral, unos por malicientos por naturaleza y otros por ser unos verdaderos imbéciles que no podrán eximir su culpa ante los federales que finalmente entrarán en una investigación sobre los hechos.Scorsese recuerda aquellos momentos violentos de 1921 como también mira la masacre de Tulsa, ocurrida el mismo año sobre la población de color. Politiza la construcción de una América con sangre, se implica, se indigna y se muestra implacable, incluso en el tramo final cuando escenifica un programa radiofónico y pone su figura y su voz para ofrecer una lección de ética.Son tres horas y media de puro cine de la mano de un maestro octogenario y sabio, admirable, un genio que eleva el cine a un nivel superior.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking