A las actrices italianas
El realizador turco Ferzan Ozpetek siempre supo mirar hacia dos mundos y este hecho ya se advirtió en 1997 con la magnífica Hamam, el baño turco, que ya daba muestras de la calidad de un cineasta que ha ido desarrollando su carrera en Italia, su país adoptivo. Ahora con Diamanti aglutina en esta historia de cine dentro del cine a un grupo femenino poderoso, unas actrices italianas que se dedican a elaborar vestuario para películas y obras teatrales, que reúne en una comida al aire libre para que lean un guion sobre un taller de costura en los años 70. Un lugar cuyos diseños tienen ese aire de añoranza de las películas de Visconti, de El gatopardo, de Ludwig, de Senso. Este trabajo cinematográfico es un ejercicio de nostalgia y un sentido homenaje a esas actrices que, a su vez, encarnan a costureras y modistas, empleadas en un lugar donde la belleza se logra delicadamente. Todas forman un grupo tan dispar como unido, cada una con sus dilemas y problemas familiares –alguno de ellos terrible–, conformando un muestrario de personalidades alegres y desenfadadas, viéndose a sí mismas como una familia en un lugar regentado por dos hermanas, ambas con sus fantasmas a cuestas, con heridas de un pasado que regresa para recordar el desamor en una cita que nunca llegó, o por la ausencia de lo que más se ha querido.
Una de ellas es inflexible –aunque eso sea solamente una frágil coraza–, mientras que la otra no mira hacia adelante porque aún vive en una tragedia que persiste. Y dentro de ese día a día también se encuentra una famosa diseñadora que baja sus ínfulas a medida que va aprendiendo de las empleadas de un lugar mágico.
La mirada de esas mujeres hacia los hombres es pícara, alegre y juguetona entre tejidos, costuras y abalorios, cantando juntas a la vida las canciones de Mina y Patty Bravo.
Diamanti son todas ellas, las que interpretan sus papeles y los personajes que desarrollan con enorme talento, ese talento del que siempre han hecho gala las actrices italianas, y Ozpetek lo sabe, reservándose puntuales apariciones para demostrar un amor al cine y a esas mujeres tan importantes como la historia que se quiere mostrar con aire nostálgico, que incluye una dedicatoria a Mariangela Melato, a Virna Lisi y a Monica Vitti, actrices que el realizador recuerda porque seguramente marcaron su vida.
Mujeres que admiró como admira a todo el reparto de Diamanti, que ya forma parte de los recuerdos más preciados que tiene un hombre que adora lo que hace y con quién lo hace.