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Los estudios de Formación Profesional están viviendo en los últimos años un boom sin precedentes en Lleida y toda Catalunya. El pasado curso, numerosos alumnos preinscritos se quedaron fuera de los ciclos que habían elegido por falta de plazas y el departamento de Educación tuvo que acabar facilitando a parte de ellos que los cursaran a distancia a través del Institut Obert de Catalunya. Este hecho llevó a la conselleria a avanzar e introducir cambios en la preinscripción para el próximo curso, pero los datos facilitados por los propios institutos constatan que de nuevo ha habido overbooking, tal como damos cuenta en nuestra edición de hoy.

El caso más espectacular es el ciclo de grado medio de Curas Auxiliares de Enfermería que imparte el Torre Vicens, con 329 solicitudes para 124 plazas, pero también hay un notable exceso de demanda en otros como los de Informática y Electromecánica de Vehículos en la Caparrella o Instalaciones Eléctricas y Automáticas y Marketing y Publicidad en la Escola del Treball, y en varios más sobran inscritos. Educación afirma que es imposible ampliar la oferta de los ciclos con más demanda y espera que parte de los alumnos “sobrantes” puedan entrar en los que figuran en su segunda opción. Asimismo, hay que tener en cuenta que hay otros con plaza asignada que acaban renunciando a la misma, como sucede con los que están pendientes de saber si pueden acceder a un grado universitario y finalmente lo logran.

Pero más allá de estos ajustes de última hora, es necesario hacer un esfuerzo para intentar que este creciente flujo de demanda de la FP beneficie a ámbitos que a priori son menos atractivos para los jóvenes pero en los que desde hace tiempo falta mano de obra, como por ejemplo los de fontanería y carpintería, explorando posibilidades de seguir impulsando la modalidad dual, que fomenta el aprendizaje en las propias empresas. Además, hay que velar por conseguir la máxima equidad posible a nivel territorial, ya que el abanico de la oferta se reduce significativamente fuera de la capital al ser mucho más reducido el número potencial de estudiantes.Un buen verano turísticoLa campaña turística de este verano encara su recta final con un buen balance, aunque sin alcanzar el récord del pasado año, cuando el Pirineo y toda Lleida se vieron beneficiados como destino de proximidad por el hecho de que las restricciones por la pandemia de la Covid se habían suavizado sensiblemente a nivel interior, pero seguían dificultando los viajes al extranjero. Precisamente, uno de los aspectos positivos es que se ha conseguido fidelizar a parte de los turistas que acudieron los dos últimos años, lo que marca el camino a seguir.

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