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La Síndica de Greuges de Catalunya, Esther Giménez-Salinas, calificó ayer de “escandaloso” lo sucedido con una niña de 14 años cuya familia de Navarra la vendió a otra de Mollerussa para casarla, después de que un juez haya cerrado el caso y la haya devuelto a su familia de origen tras la declaración de la menor, que estaba en un centro de Almacelles. Es mucho más que escandaloso, y hay que insistir en ello a pesar de que hace dos días ya nos pronunciamos en esta sección. Esta decisión judicial avala de facto que nuestro ordenamiento jurídico permite que unos padres entreguen a otros a una menor a cambio de dinero y whisky; que conviva maritalmente con un adulto de 21 años, algo que habrán celebrado muchos pederastas; y que esté en la calle practicando la mendicidad en lugar de en clase, cuando la escolarización es obligatoria hasta los 16 años. Ante estos hechos, basar la resolución en que la menor afirma que actuó por iniciativa propia es surrealista. ¿O es que el juez cree que su vida ha sido lo que la mayoría de nosotros definiríamos como normal? Si un niño interioriza que el modo de vida normal es robar, seguro que a los 12 o 13 años cometerá hurtos, pero la responsabilidad no es suya, sino de su familia, y lo que hay que hacer es apartarlo de ella y darle una oportunidad, al contrario de lo que sucede en este caso.

Granjas en traspaso

El número de explotaciones ganaderas ha caído en picado en las comarcas del Pirineo en las últimas décadas, tendencia que seguirá yendo a más a corto plazo. Es la conclusión que puede extraerse del hecho de que hay al menos 35 granjas de vacas y ovejas en traspaso en los dos Pallars, el Alt Urgell y la Cerdanya al no tener relevo generacional. La Escola de Pastors i Pastores ha impulsado la Taula pel Relleu Agrari al Pirineu, con el objetivo de buscar a personas que las asuman. Es una iniciativa loable, pero como reconocen algunos de sus responsables, las posibilidades de éxito de momento son reducidas. Hay diversos aspectos que lo explican. Uno es que es probable que los titulares de la explotación no hayan hecho inversiones importantes en los últimos años, cuando se acercaban a su jubilación. Esto obliga a que los posibles interesados deban asumir más gastos que el traspaso en sí para garantizar la viabilidad. Otro es que se trata de negocios cuya vinculación con la familia va más allá de ser un medio de vida, especialmente si la granja está al lado o muy cerca de la residencia de los dueños. Como dicen los miembros de la Taula pel Relleu Agrari, hay que seguir perseverando para que fructifiquen más traspasos y se pierda el miedo a ellos. Si salen adelante, será bueno para el territorio.

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