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Jaume Lobo llança a cistella davant de la defensa d’un rival.

Jaume Lobo lanza a canasta ante la defensa de un rival. - JAVI ENJUANES

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Cuatro meses sin competición oficial de la LEB Oro es demasiado tiempo para toda la familia baloncestística que semana tras semana se concentra en el Espai Fruita-Barris Nord para hacer comunión con el equipo y disfrutar de un espectáculo deportivo y social único en las Terres de Ponent. Nueva temporada, nuevos jugadores, mismo staff directivo y técnico, renovada afición e idéntico objetivo: disfrutar de un buen rato con los amigos y la familia degustando baloncesto de primer nivel y saboreando la emoción de un partido, ayer contra un rival de quilates como es el Guipuzkoa Basket, que la pasada temporada consiguió colarse en el play off y en la Final Four. A pesar de la lesión de Marvin Ogunsipe, al que deseamos una pronta y buena recuperación, y a los fichajes de última hora de Thomas y Simeunovic para completar la plantilla, veo un equipo equilibrado, con potencial, unido y muy ilusionado de poder completar una temporada brillante, siempre con la mirada puesta en clasificarnos para los play offs. Está claro que echaremos de menos la magia de Juani Marcos, la polivalencia de Miguel González y la potencia de Michael Carrera, pero seguro que los Varela, Matulionis, Vega, Kur Kuath y compañía nos harán vibrar como siempre.Esta temporada los equipos se han reforzado de lo lindo y la LEB Oro se ha convertido en la sexta Liga más potente del continente, con jugadores y entrenadores que nada tienen que envidiar a las primeras categorías del baloncesto europeo. Estudiantes, San Pablo Burgos, Corunya, Betis, Valladolid, Fuenlabrada y Guipuzkoa disponen, a priori, de los mejores jugadores y son candidatos a la plaza de ascenso directo y a jugar el play off. Bienvenidos al mundo mágico del Barris Nord.

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